Propaganda y silencio por Rita la valenciana

23/11/2016

Luis Díez.

Con un minuto de silencio por el eterno descanso de la senadora Rita Barberá, quien falleció a las siete de la mañana del miércoles en hotel Villa Real, a veinte pasos del Congreso de los Diputados, comenzó el primer pleno de control al Gobierno desde hace 14 meses. Los parlamentarios de UP evitaron la condolencia protocolaria y se quedaron fuera del hemiciclo. El presidente del PP y del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo sentirse “muy apenado”. Barberá acudió el lunes a declarar en el Tribunal Supremo, empapelada por la presunta financiación ilegal del PP de Valencia, la ciudad de la que fue alcaldesa durante 24 años.

Ya en el pleno, la precariedad laboral y los bajos salarios en los que se ha apoyado la competitividad y una cierta recuperación de actividad económica, permitieron al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, interpelado por el socialista Antonio Hernando y el ciudadano Albert Rivera, volver la vista atrás para ver lo mal que estábamos en 2008 y lo bien que estamos ahora. La tortículis no afecta a este hombre y el paso de los años, tampoco, como prueba su anuncio de seguir al frente del PP hasta 2021. “Nada se resuelve en un cuarto de hora”, dijo. Y a los que se quejan de la precariedad laboral les informó de que “hoy tres de cada cuatro contratos son fijos”. Y a los que sufren salarios bajos les recordó que “no es el Gobierno quien los fija”, dando a entender que irá de oyente a la reunión del jueves con la patronal y los sindicatos. En todo caso instó al PSOE a proponer reformas.

Rajoy no tuvo palabras para calificar la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que ese sí depende del Gobierno. Unas horas antes, el Pleno del Congreso había aprobado, a iniciativa de UP, con los votos favorables del PSOE y los nacionalistas, la abstención de C’s y el voto en contra del PP, la subida del SMI de 655 euros actuales a 800 en 2018, lo que obliga al Ejecutivo a elevarlo 50 euros por año hasta situarlo en el 60% del salario medio. Sobre la precariedad de los interinos, sancionada por el Tribunal Europeo, se escudó en que ya se ha creado un grupo de trabajo para estudiar la solución del asunto.

Rivera le recordó que la duración media de los contratos es de 54 días, que somos campeones de Europa en paro y, con Polonia, en precariedad. Pero Rajoy le escuchó como el que oye llover. Fuese y no hubo más. Luego ya, la ministra de Empleo, recién salida de la peluquería con un peinado juvenil, le dijo a Alberto Garzón que el empleo va como un cohete: 2.100 nuevos puestos de trabajo cada día. Y aunque el déficit de la Seguridad Social es un hecho irrefutable y la hucha de las pensiones se agota a mitad de 2017, según recordó la socialista Patricia Blanquer, “las pensiones no corren peligro y el déficit es momentáneo” porque el empleo seguirá creciendo.

Ya en clave triunfal, Cristóbal Montoro explicó al portavoz de UP, Iñigo Errejón, de qué modo va a reducir el techo de gasto en 5.000 millones de euros: del Presupuesto de 2016 declaró inhábiles partidas por valor de 2.000 millones, cerró el gasto a mitad de año, con lo que dejó en suspenso un gasto de 1.000 millones de euros, y la reducción de intereses ha permitido economizar los restantes 2.000 millones, de modo que la reducción del techo de gasto público es “el punto de partida”. Le azuzó Errejón sobre el sentido de la política fiscal del Gobierno en un país donde los defraudadores pagan el 3% y por una barra de pan hay que pagar el 4%, y le replicó Montoro que la evolución de los ingresos está siendo muy positiva en los dos últimos trimestres, con un aumento del 4,9% en recaudación de IVA y un crecimiento de más del 13% del IRPF en el último trimestre, de lo que dedujo un incremento anual superior al 3%.

Su colega de Economía e Industria, Luis de Guindos, no logró convencer a los socialistas de que acepten el nombramiento de Sebastián Albella como presidente de la CNMV. A pesar de los adornos sobre la experiencia y conocimientos del designado y del compromiso de no volver al despacho internacional de Linklaters en el que operaba desde 2005, el socialista Pedro Saura calificó al designado de “conflicto de intereses andante” y anunció el voto del PSOE y de UP en contra al tiempo que acusó al ministro de “apostar por el pasteleo” en vez de hacer valer la regeneración de la democracia y el papel de la política sobre la economía.

Luego ya se estrenaron en el pleno los ministros de Energía, Álvaro Nadal, y de Defensa, María Dolores de Cospedal. El primero fue interpelado por Pablo Iglesias y dijo que se reunirá con los grupos parlamentarios para abordar la mejora del “bono social” a favor de las familias que no pueden pagar las facturas de la luz y el gas. Y la segunda afirmó en respuesta al diputado de ERC Gabriel Rufián que no tiene intención de reducir el gasto militar. A lo que éste respondió: “Salga a la calle y diga a la gente que comerá balas y dormirá en los tanques”. Y Cospedal replicó que la defensa es necesaria contra las amenazas a la libertad, “también los populismos”. Al cercano hotel donde falleció Barberá se acercaban algunas señorías del PP a interesarse por lo ocurrido y dar el pésame a los familiares.

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