La Liga de Universidades excelentes califica a los ministros de Economía de “enemigos número uno”

12/12/2016

Milagros Asenjo. El secretario general de la Liga Europea de Universidades Excelentes (Leru, por sus siglas en inglés), Kurt Deketelaere, alertó este lunes en el Foro España Innova, de Nueva Economía Fórum, de que Europa se quedará muy atrás en el campo de la investigación, innovación y educación si no aumenta los fondos destinados a la financiación de sus universidades.

Kurt Deketelaere acusó a los ministros de Economía y Finanzas de ser los «enemigos número uno», debido a su visión cortoplacista de esta inversión y aseguró que se necesita «tiempo y paciencia», porque sus resultados no son inmediatos y no se puede pretender tener «los mejores estudiantes, el mejor personal, o la mejor estructura de investigación, si no hay un soporte financiero suficiente»

El secretario general de la Leru -grupo del que la Universidad de Barcelona (UB) es la única española presente-, integrada  por 23 instituciones líderes en investigación ha denunciado que “los recortes en este campo son fáciles» y que cada recorte en los presupuestos de estas instituciones «es una amenaza para el futuro del país». No obstante, ha señalado que “los ministros de Educación e Investigación están de nuestro lado, pero no son quienes deciden sobre los fondos y el dinero».

Deketelaere, que fue presentado por el secretario general de Universidades, Jorge Sainz, indicó que  «hay que ser realistas» porque no se puede pretender tener «los mejores estudiantes, el mejor personal, la mejor estructura de investigación si no hay un soporte financiero y no financiero suficiente». También advirtió de que es “frustrante” intentar competir con los sistemas universitarios asiáticos, que invierten entre el 4 y el 5% del PIB en investigación y educación, cuando la media de la UE es del 2%.

Deketelaere insistió en la necesidad de mostrar no sólo a los dirigentes políticos sino también a los ciudadanos el «valor añadido» que supone la innovación, investigación y educación para un país y explicó que desde Leru están desarrollando para todas las disciplinas universitarias ejemplos de proyectos de investigación «para demostrar a la sociedad que el apoyo ha merecido la pena». En este sentido aseguró que las universidades de Leru aportan un valor añadido de 55.000 millones de euros, según un estudio de impacto elaborado el pasado año.

Este experto avisó de los perjuicios de trabajar de forma individual y de que si las universidades del continente europeo quieren «sobrevivir en esta carrera de ciencia, tecnología y educación», frente al empuje de las universidades asiáticas, van a tener que «aunar fuerzas y hacerlo mejor».

Para Deketelaer,  mantener los fondos públicos en investigación es «crucial» para el futuro de la innovación y para el futuro, en general, a la vez que recordó que el 60% de la inversión global en este campo procede de cinco países, de los que solo uno de ellos es europeo (Alemania). Asimismo, criticó  que la Unión Europea (UE) no haga lo suficiente para promover ajustes estructurales que refuercen el sistema de inversión pública.

Respecto a la necesidad de competir con otros sistemas, defendió que las universidades amplíen sus fuentes de financiación, mediante la búsqueda de más fondos privados a través de fundaciones o del desarrollo de una política de donaciones. «Las universidades –enfatizó– debemos contemplar un conjunto grande de donantes».

Precisamente y acerca de las fuentes de financiación, Deketelaer indicó que la pública cada vez se está contrayendo más en general en todos los países, incluso en los escandinavos, y que sólo hay alguna excepción como Alemania, que pese a la crisis el Gobierno la ha aumentado. Por eso, insistió en la necesidad de buscar fondos provenientes de fundaciones, beneficencias o filantropía: «Tenemos que desarrollar en Europa la política de donaciones» y unir fuerzas ya que es «la única forma» en que las universidades europeas puedan “sobrevivir al tsunami asiático» y ser eficaces y eficientes.

Como ejemplo de funcionamiento ha  puesto a China donde, ha dicho, la inversión estatal «seguirá fluyendo» mientras sus universidades se mantengan en los diez primeros puestos de los ránkings internacionales.  En este contexto puso de relieve que hace 20 años en China se limitaban a copiar, pero la realidad de hoy es diferente, ya que ahora innovan en tecnología.

Además, el experto internacional afirmó que “está claro que como universidades tenemos que hacer mejor trabajo cara a los ciudadanos”. Debemos “hacer un esfuerzo grande para puentear esta brecha», porque los ciudadanos están cada vez más interesados en involucrarse y esto exige «explicar mejor» lo que se hace en la Universidad y rendir cuentas.

En conjunto y para competir en calidad recomendó reforzar los sistemas de gestión; aumentar la autonomía de las universidades, junto a una mayor exigencia en la rendición de cuentas; flexibilizar el marco regulatorio para atraer a los docentes y alumnos más brillantes; impulsar la colaboración público privada, y diversificar las fuentes de financiación de las universidades.

En relación con  las españolas, el secretario general de la Leru criticó su compleja organización, con muchas facultades y departamentos, y un exceso de burocracia, lo que dificulta estar en los primeros puestos de los rankings, independientemente –afirmó, en un guiño  a los rectores españoles allí presentes – «de que lo estéis haciendo muy bien» y de que nuestro país es de los más próximos a cumplir los objetivos de 2020. Lamentó los drásticos recortes entre 2010 y 2014 pero aseveró que la tendencia se ha revertido, aunque España sigue en niveles de 2006.

Preguntado por qué nuestro país no llega a ser la “California de Europa”, el dirigente de Leru respondió que nuestra Universidad cuenta con «todos los ingredientes» para llegar a serlo y tiene «potencial» para ello, pero que antes muchos de sus campus  tienen que buscar un «equilibrio» entre una mayor autonomía y la rendición de cuentas debido a la referida carga de burocracia.

Asimismo, ha indicado que el Gobierno español tiene que ser «consciente» de que el dinero que se gasta en educación, investigación e innovación «no es un coste sino una inversión» y que desde Europa se hizo todo lo posible por compensar los recortes de varios países, aunque “son los recortes fáciles”.

Deketelaere se preguntó si los estudiantes e investigadores que se ha marchado de España durante la crisis, porque tenían mejores oportunidades fuera, se pueden recuperar y ha asegurado que si este retorno España lo combina con la mejora de las «condiciones ambientales» para investigación e innovación, podría ser «la California de Europa».

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