Los mejores discos del año

16/12/2016

Luis Picabia. La tristeza imperó en la música pop.

 

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Para muchas cosas, 2016 ha sido un año nefasto, triste y sorprendente. Guerras eternas, los resultados de determinados plebiscitos, millones de ciudadanos que no encuentran trabajo o la muerte de muchos artistas, han hecho del año que termina un periodo de tiempo nada amable.  Muchos de los grandes discos de este año tampoco lo han sido. Algunos de ellos, se han convertido en trágicas despedidas del mundo de los vivos. Otros, recuperaciones, casi resurrecciones, de músicos que languidecían. De todos ellos, Diario Abierto ha elegido 12 de artistas internacionales y 4 de músicos nacionales.

“M: Fans” de JOHN CALE: el maestro galés remasteriza y re-contextualiza su obra maestra,  “Music For A New Society”,  añadiéndole tres cortes nuevo, así como nuevas formas de ambientes digitales. Agonía, desesperación y belleza descomunal.

“Keep Me Singing” de VAN MORRISON: Van The Man recupera tono, vigor, matices  e inspiración en un álbum donde no falta ni sobra nada para merecer un diez. Garganta profunda y corazón a flor de piel.

“A Weird Exits” de THEE OH SEES: Con el apoyo de dos baterías increíblemente sincronizadas, el álbum sirve para mantener en lo más alto la carrera vertiginosa de una banda que ha resucitado la psicodelia de la Costa Oeste, con clase y energía.

“Marlowe´s Revenge” de DAN STUART: el ex de Green On Red no ha superado la depresión que le llevó a vivir a México y a escribir sobre un imaginario cuate muy parecido a él. La huida de su mujer le hace crear un álbum intenso, ardiente, rabioso, irónico, con sangre en los cortes. Hermosísima aflicción.

“American Band” de DRIVE-BY TRUCKERS: tras un triple, en directo, explosivo, vibrante y poderoso, han editado una joya con igual robustez en la música pero con letras cargadas de crítica y vitriolo contra la situación política y social en EE.UU. Discazo comprometido.

“Fallen Angels” de BOB DYLAN: Mientras los dylanitas más conspicuos esperamos con avidez nuevas canciones, el bardo alivia el paréntesis con un premio Nobel, dos ediciones de multitud de pruebas, directos e inéditos de sus años mercuriales y este homenaje a la música americana de los 50. Swing, jazz, baladas admirables.

“Here” de TEENAGE FANCLUB: guitarras de cristal, voces de cristal, melodías de cristal, canciones de cristal y portada que parece de cristal. Cómo no se va a llamar a esto pop cristalino. De los pocos discos optimistas entre los grandes del año.

“Circles and Squares” de SETH SWIRSKY: otra muestra de alegría y pop soleado aunque con arreglos algo barrocos e inteligentemente sofisticados. Distinción, suavidad y luz. Mucha luz.

“Skeleton Tree” de NICK CAVE and Band Seeds: la música como catarsis ante un drama insoportable. Al artista se le mató su hijo de 15 años al caer por un precipicio. Y tras el, se fue el alma de Cave. La cual, desde ese hondísimo agujero, grita sentimientos, sensaciones e incendios en forma de canciones desesperadas. Fieramente demoledor.

“A Cure For Loneliness” de PETER WOLF: Tras años escondido, el líder de la J. Geils Band renace con un álbum que cura a enfermos y solitarios por causa del amor. Elegancia y rock puro para ayudar a los muchos necesitados en este 2016.

“Unfaithful Music” de ELVIS COSTELLO: Selección de canciones conocidas pero menos y de tesoros, hasta ahora ocultos, para escuchar y deleitarse mientras se leen las memorias de este artista universal. Excelso.

“Back In The Day” de RADIO DAYS: la banda italiana se desviste de ropajes punkarras para ataviarse con prendas power pop y rock de guitarras y surf. Por eso les sale un álbum de gran frescor y estribillos pegadizos. Se agradece ante el desolador panorama del 2016.

España:

“Les malalts del cel” de SISA: El retorno catedralicio del Mago Pop. El contador de estrellas engarza al collar de platino que supuso “La Catedral” este otro collar de 19 perlas surrealistas, tiernas, sarcásticas y galácticas. Indispensable

“Como convertirse en nada” de GATILLAZO: unos treinta años después de llevar a los altares del punk su himno “No somos nada”, Evaristo, al frente de este sulfúrico grupo, crea otro himno en el que narra la anulación del ser humano y su enterramiento bajo capas de basura, tecnología y opresión. Reivindicativo

“Love Is Enough” de LIA PAMINA: nada mejor para acertar de que va este bonito disco que fijarse en el título. Así es. Amoroso, amable y amigo para los ratos en que necesitamos más cuidados que los habituales. Un álbum cálidamente mimoso.

“Dualismo” de Blam de Lam: otro título muy significativo. Guitarras enfrentadas a máquinas. Canciones iluminadas que se oscurecen y al revés. Jaén y Granada. Planetas versus Ride. Y muy cerca SweetQ. Un disco de mucho nivel. Ojalá todas las esquizofrenias fueran así.

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3 pensamientos en “Los mejores discos del año

  1. Excelente selección de buenos discos. Gracias por orientarnos y deleitarnos con tus reseñas durante todo el año. Feliz Navidad y buen año 2017 para ti y para toda la redacción del Plural.

  2. Gran compilación de discos. Sin duda una manera extraordinaria de cerrar el año. Enhorabuena por tu constancia y calidad en la divulgación musical.

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