La deuda «oculta» de autonomías y ayuntamientos puede elevar la presión de los mercados

18/05/2011

Maite Vázquez del Río. El origen del problema se encuentra en las empresas públicas regionales y locales y la morosidad por impagos a sus proveedores de bienes y servicios. Entre ambas cuestiones se superarían los 50.000 millones de euros.

A punto de celebrarse los comicios autonómicos y locales en gran parte de España el próximo 22 de mayo, y tras lo denunciado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, algunos de los candidatos se preguntan ¿qué se encontrarán en las cuentas si ganan las elecciones? Pues según la consultora Freemarket Corporate Intelligence se podrían encontrar con 26.400 millones que no aparecen en las cuentas que entregan al Ministerio de Economía y Hacienda.

Claro que a ello, se tienen que sumar los cerca de 35.000 millones de euros de morosidad que tienen por impagos a sus proveedores de bienes y servicios, que según ha confirmado la patronal de autónomos ATA ha provocado la desaparición de 200.000 pequeñas y medianas empresas y autónomos.

Los datos oficiales del Banco de España (Boletín Estadístico) confirman oficialmente que la deuda pública se ha más que duplicado desde 2008, al alcanzar los 115.000 millones de euros, mientras que la local se ha situado en los 35.000 millones.

Todo apunta a que la contabilidad realizada por autonomías y ayuntamientos permite “ocultar” algunas partidas de déficit, incluyéndolas en las cuentas de las empresas públicas, y el informe de Freemarket asegura que es ahí donde se encuentra el “agujero” ya que la contabilidad exigida por la Unión Europea, no incluye esas cuentas.

Este informe, que ha sido publicado por el Financial Times, no favorece para nada nuestra actual posición para tranquilizar a los mercados y que nos dejen de presionar, aunque no es el único que duda sobre la transparencia de las cuentas públicas españolas. En este sentido, un informe de HSBC considera que si hay más dinero de deuda del admitido van a aumentar las dudas sobre el programa de reducción del déficit.

Ante estas “acusaciones”, la vicepresidenta tercera, Elena Salgado, ya ha salido al quite, descartando que a partir del 23 de mayo vaya a aflorar “déficit oculto” superior al que se ha reconocido, mostrándose convencida de que no sucederá lo mismo que con CiU a su llegada a la Generalitat catalana, pese a que se produzcan cambios de partido en los órganos legislativos y de gestión. En aquella ocasión no se habían acabado los “ajustes” de contabilidad nacional, y ahora está todo “cerrado”, ha justificado.

Más impuestos

Haya o no déficit oculto, lo cierto es que con las necesidades de liquidez que hay en todos los consistorios y autonomías, y pese a la campaña electoral se han ido aprobando nuevos impuestos. No es extraño que en ninguna de las muchas promesas electorales aparezca alguna propuesta de reducir impuestos.

El medioambiente es uno de los motivos más utilizados para justificar los nuevos impuestos, como el que acaba de aprobar la Junta de Andalucía a las bolsas de plástico, que también se aplica en Cantabria, que aportará a las arcas andaluzas unos 50 millones de euros. Pero no son las únicas, los impuestos “verdes” también se han implantado en Asturias, Murcia, Baleares y Madrid, por los que los ingresos suman unos 370 millones. En total, las comunidades cuentan con 56 tributos propios, porque también los hay sobre los depósitos a entidades de crédito y cánones de mejoras hidráulicas.

Con el paso de los años y tras ir asumiendo una competencia tras otra, las comunidades autónomas han formado un conglomerado que funciona prácticamente como la Administración central, y en algunas regiones las ciudades de mayor peso funcionan casi en paralelo a la de su autonomía, ya que cuentan con sus propias empresas públicas encargadas de la gestión de urbanismo, del suelo, televisiones, ocio… que van sumando más gasto mientras no se explica la necesidad de su existencia.

Claro que en la campaña electoral lo que se estila es el “todo gratis”, unas promesas difíciles de cumplir en estos momentos, dada la paupérrima situación de las arcas regionales y locales. Pero lo cierto es que se han escuchado propuestas políticas que a cambio de votos ofrecen entradas de cine a un euro, ayudas para la compra directa de viviendas de protección, cheques de alquiler… fuera de la exigida austeridad, todo suena a que en España no hay crisis, ni paro y que se podrá favorecer desde a los jóvenes parados hasta los mayores jubilados, solucionando problemas de hipotecas o dando muchísimas más becas.

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