UGT y CCOO piden una fuerte subida de impuestos directos para salir de la crisis

30/11/2011

Salvador Arancibia. Los responsables de CCOO y UGT acuden a la cita con Mariano Rajoy con voluntad de retomar el diálogo social pero con la pretensión de que éste vaya más lejos que una mera reforma laboral. Algo difícil de conseguir en la actualidad.

Los secretarios generales de UGT y CCOO han comparecido horas antes de su entrevista por separado con Mariano Rajoy ante varias docenas de empresarios y periodistas para explicar con cierto detalle qué es lo que querrían oír del vencedor de la selecciones generales y lo que, si se les pregunta, querrían explicarle.

La cita ha sido a petición de Rajoy, han subrayado los dos secretarios generales y, por tanto, debería ser él quien iniciara la entrevista explicando cuáles son sus planes inmediatos de cara a enfrentarse a la situación de la economía española y las fórmulas para salir de la crisis. No se trata tanto de que hablen los sindicatos como que lo haga el líder del Partido Popular y próximo presidente del Gobierno.

Pero en el fondo, los dos representantes sindicales dudan de que eso ocurra y, por si lo que tienen que hacer es hablar ellos no han perdido la oportunidad previa de explicar  la opinión pública cuál es su visión sobre la situación y cuáles son las necesidades de la economía española. Y estas necesidades no pasan, en su opinión, por una nueva reforma laboral que parece es lo que quiere plantear el PP que ya ha dicho que se hará, con el acuerdo de las partes o sin él.

Para Cándido Méndez e Ignacio Fernández ‘Toxo’ los prioritario en la actualidad pasa por una profunda reforma fiscal, con subida de impuestos incluida, de forma que los ingresos del estado crezcan, y una reforma del sistema financiero que permita recuperar el crédito a empresas y particulares y de esta forma vuelva a recuperarse la economía.

Han sido muy claros ambos en esos aspectos. Para los dos sindicatos las medidas de ajuste duro decididas por la Unión Europea desde hace año y medio no solo no han servido para mejorar la economía sino que la están llevando a un estrangulamiento evidente que se va a traducir en una recesión en lo que queda de año y la mitad del próximo. “Se trata de invertir la política economía y poner como prioridad la creación de empleo”, han señalado ambos sindicalistas.

Y la fórmula para ello es elevar la presión fiscal, España se ha convertido en el país en el que más ha disminuido desde que empezó la crisis, mediante la utilización de los impuestos directos. Así CCOO propone subir dos puntos el IRPF, hasta el 25% los impuestos sobre rendimientos del capital y recuperar de verdad los impuestos sobre el patrimonio y los de sucesiones y donaciones. UGT, además, pide que se instaure un impuesto a las entidades financieras.

El secretario general de CCOO señaló a este respecto “que, en la situación actual, quienes más tienen deben contribuir más” y que no se debe actuar a través de los impuestos indirectos (aunque cree que finalmente se hará así) porque éstos son los más injustos. El razonamiento de Toxo falló porque a pesar de reconocer que había sido un error bajar los impuestos de forma indiscriminada en los años de vacas gordas dijo que la subida que pide debería tener lugar “al menos de forma transitoria” como aceptando que, cuando se salga de la crisis, podrían volverse a bajar.

Con ese dinero extra, señaló Toxo, y a través del ICO, al que deberían incorporarse las entidades financieras intervenidas por el FROB, se podrían ofrecer créditos a las pequeñas y medianas empresas a “tipos de interés inferiores a los que se ofrecen ahora a través de las entidades privadas” de forma que se recuperara al menos en parte la inversión y se mejorara la liquidez de estas pequeñas y medianas empresas que son las que más empleo han destruido en la crisis.

Los sindicatos están dispuestos a mantener la política de moderación salarial que llevan practicando desde hace años siempre y cuando ello se englobe en un pacto nacional de mayor alcance y en el que tendría que jugar un papel esencial un “control de precios” de algunos productos y servicios que tienen un claro componente inflacionista. Méndez citó tres muy importantes a su entender: los precios de la energía, los de algunos alimentos y los de vivienda.

Se trataría de hacer algo parecido a lo que ya ensayó el PP n su anterior etapa de Gobierno, cuando decidió que los precios de algunos productos debían crecer por debajo de la tasa de inflación y que provocó, a la larga, graves problemas a algunos sectores. En efecto, la congelación de la tarifa eléctrica, por ejemplo, generó el crecimiento del llamado déficit de tarifa que todos los consumidores están pagando desde entonces a través del aseguramiento de la recuperación de ese déficit mediante la emisión de deuda avalada por el Estado. En otros casos lo que hizo fue que empresas, como las de telecomunicaciones hayan visto como, obligatoriamente, se fijaban tarifas cada vez menores para algunos servicios incurriendo en pérdidas en algunos de ellos.

Para UGT y CCOO, que se muestran dispuestos a reiniciar el diálogo social, solo después de bordar estas cuestiones cabría pasar a discutir sobre una hipotética reforma laboral que no ven en absoluto necesaria porque consideran que la crisis económica no se debe a un hipotético mal funcionamiento del mercado de trabajo y que, por tanto, tampoco se va a salir de ella porque se modifique la legislación laboral en materia de contratación o de extinción de la relación laboral. El líder de CCOO pidió que “el Gobierno oiga por los dos oídos, y no por un solo”.

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