De que nadie quisiera comprarles su aceite a que lo utilizaran chefs como Pedro Subijana o Ferrán Adriá. Lo anterior podría resumir la trayectoria de la firma extremeña Pago Baldíos San Carlos. Cuando lanzaron su aceite tuvieron que crear su propia distribuidora para colocarlo en el mercado, y echar mano de los comerciales que uno de los socios de la compañía tenía en otro sector de actividad, para venderlo. De eso hace cuatro años y hoy su preciado líquido es utilizado en el Ritz, en el hotel Puerta de América, en la cadena NH, o por chefs tan renombrados como los anteriores. Producen unos 90.000 litros al año que venden en Japón, Canadá, Francia, EEUU, China…

“El aceite es magnífico, la región donde cultivamos, en Majadas del Tietar, Cáceres, disfruta de un micro-clima así que recogemos 15 días antes que el resto de productores. La aceituna además no toca el suelo. Yo diría que el clima y la tierra son las dos claves del éxito”, cuenta Ana Sánchez, de la firma Pago Baldíos San Carlos. En esta pyme extremeña trabajan seis personas, 25 en época de recogida. La estrategia para colocar un producto desconocido en las mejores mesas fue la siguiente: sus comerciales llevaron el aceite a chefs y catadores de aceite. Empezó a correrse la voz y además, al mismo tiempo, estaban muy presentes en ferias. Y voilà, el éxito llegó servido en bandeja.

En elaboración de su producto se cuidan todos los detalles: desde que se recolecta la aceituna hasta que se transforma pasa únicamente hora y media. El aceite no se envasa en garrafas, sólo en botellas y el envasado se hace únicamente bajo pedido. Su packaging también es de lo más exquisito: fueron ellos mismos los encargados de diseñarlo y fabricarlo y por ejemplo, una de sus referencias, Full Moon, más parece un perfume que un alimento.

“Queríamos algo distinto con el envase, dar a entender, sólo con ver el envoltorio, que el producto era muy especial”, añade la empresaria. Full Moon, que está muy orientado al mercado chino, ha sido reconocido con distintas medallas a nivel internacional. Para su elaboración sólo se utilizan aceitunas recogidas en noches de luna llena porque se considera que en esos momentos la fruta está en su máximo esplendor.

Pago Baldío San Carlos facturó en el último año 300.000 euros. Lo último que han lanzado al mercado ha sido un vinagre que marida a la perfección, dicen, con el aceite. Buen provecho.