Llevamos pocos días con el nuevo Gobierno pero ya se empiezan a conocer algunas decisiones. Una transcendental: el salario mínimo interprofesional se va a congelar en 2012. Vamos 641,2 euros mensuales, abandonando la idea de igualarlo al que existe como media en Europa. Claro que bien pensando, con los minijobs que propone la CEOE, de a 400 euros al mes, más de un empresario se lo pensará entre contratar la miseria o la ruina más absoluta.

Pero no nos alejemos del tema, que la decisión del ejecutivo tiene más enjundia de la que parece. En España siempre se ha utilizado como referencia salarial para el sector privado lo que ocurre en el público. Si a los funcionarios se les sube el IPC que no se espere en los convenios de las empresas una subida mucho más allá. Cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero recortó el sueldo de los funcionarios, en muchas compañías se procedió a hacer lo mismo, aunque no así con los bonus y demás pagos en especie de sus directivos. Y con el salario mínimo pasa lo mismo. Si ahora el Gobierno de Mariano Rajoy decide congelarlo, es que espera que en las empresas se congelen también los sueldos, cuando el acuerdo entre los agentes sociales había fijado una subida del 1,5% para 2012. Los sindicatos aún siguen defendiendo la moderación salarial para crear empleo… ¿pero pagado a 400 euros o a 641,4 euros?

La pregunta es ¿se puede reactivar así la economía para crear empleo si a los cada vez menos que trabajan se les sigue apretando el cinturón? No parece demagogia decir que mientras no se reactive el consumo dificilmente se podrá mover algo, y con menos salario (los precios de la cesta siguen subiendo, no se puede olvidar) y cada vez más miedo a perder el puesto de trabajo a ver quién es el que consume más allá de lo imprescindible.

Austeridad. Es la palabra clave. Ya no recuerdo cuántos años llevamos escuchando esta consigna, tanto en tiempos de bonanza (entonces el objetivo era el superávit público) como ahora de crisis. Y lo curioso es que siempre aplican la austeridad por el mismo lado. En muchos ministerios llevan varios años que a finales de cada ejercicio no hay ni folios. El sueldo es el que es, aunque sea un empleo fijo. Esa es la austeridad. Habrá que ver cuánto nos ahorra tener dos ministerios menos en el Gobierno, aunque esas competencias sin duda deberán ser asumidar por una secretaría de Estado. ¿No será el chocolate del loro? Aunque también es verdad que a base de sumar chocolates y loros podrían arañarse unos milloncillos para seguir reduciendo el gasto público.

Este viernes veremos qué más chocolates del loro hay. Aunque hasta se nos congelan las ideas solo de pensarlo.