Montoro se convierte de facto en el supervicepresidente económico

03/01/2012

Ángel García Moreno. Cristóbal Montoro que en hace no mucho más de un año dijo públicamente que ya no aspiraba a ser ministro, se ha convertido en la práctica en vicepresidente económico del Gobierno con prácticamente el poder que tuvo Rato dejando a Luis de Guindos en un mero ministro auxiliar.

Aunque desde un punto de vista organizativo, el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, decidió dejar vacante la plaza de vicepresidente económico y confiar esta categoría de vicepresidente a Soraya Saenz de Santamaría solo para el área política,  las casi dos semanas de Gobierno transcurrido han puesto de manifiesto que todo el poder está recayendo en el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.

Tanto poder como Rato

Montoro controla todo el poder económico, el que se ingresa (Hacienda), el que se gasta (presupuestos) y el que se administra públicamente (Administraciones Públicas); lleva la voz cantante en las medidas adoptadas en el primer consejo de Ministros, en la línea contraria a la que el propio PP se había presentado a las elecciones y no hace nada más que corregir al nuevo ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, quien finalmente parece que se ha acabado plagando a las instrucciones enmanadas desde la calle de Alcalá, donde está la sede de Hacienda. Así cada día es más «prudente» a la hora de hablar.

Por si fuera poco, además Montoro ha situado en el ministerio de Trabajo a una persona de su máxima total confianza y obediencia: Fátima Báñez. La nueva ministra controlará las relaciones laborales, la Seguridad Social y el desempleo.

De esta manera Luis de Guindos y el equipo que está haciendo están quedando y a esto apunta su papel, a meros gestores técnicos y acríticos de la política de Montoro y responsables de las relaciones públicas del Gobierno que tendrán que ir vendiendo por la prensa y Europa. En el caso de Guindos parece su figura empieza a pareceser más a la de un ministro auxiliar o un secretario de Estado de alta categoría que a la de un ministro con poder real.

Rato era pragmático

Otro tema es el ideológico. Todos parten desde las alas liberales de este espectro pero mientras en la etapa de Aznar el pragmatismo de Rodrigo Rato sabía hasta donde podía llegar en política y Montoro no tenía más remedio que plegarse a él. Ahora sin nadie que le frene podrá aplicar su liberalismo puramente doctrinal. Una opción en el que los derechos laborales o las necesidades sociales pasan a un segundo plano.

Liberalismo a ultranza

No en vano Cristóbal Montoro procede, antes de su entrada en política, de la dirección del servicio de estudios del Instituto de Estudios Económicos, un “think thank”, o grupo de presión ideológico, como se prefiera de la patronal CEOE. El IEE ha sido el encargado en las últimas décadas de lanzar las propuestas más novedosas que en algunos casos llegaban al extremo más ultraliveral al que no se atrevía la propia patronal proporner por razones políticas pero así iba creando opinión pública.

Uno de los éxitos más notables de esta acción ha sido precisamente en materia de IRPF donde la eliminación de la progresividad en frío o las rebajas acabaron calando socialmente y aplicándose. Pero no fue el único de los triunfos que han llegado precisamente del IEE. Otras recetas del Instituto más propias del liberalismo ya pasado de moda de finales de los setenta y principios de los ochenta habían quedado en los cajones hasta hace poco aunque da la impresión que están saliendo de ellos y siendo desempolvadas.

Además, la improvisación de las medidas adoptadas y su contradicción con lo que dicen pretender, abona esa tesis de hasta que punto, Montoro que ha unido su amplia formación económica con una gran experiencia política en el gobierno y dos veces en la oposición que le ha permitido ser en este momento el gran personaje fuerte del gobierno eclipsando incluso a la vicepresidenta Saenz de Santamaría.

Lo curioso del caso es que lo ha hecho además un político que en unas jornadas antes del periodo electoral vino a decir que no aspiraba a ningún cargo de ministro y consideraba que su tiempo en política de gobierno había pasado. Lo que si está claro es que si Aznar llegó al Ejecutivo con un gobierno económico preparado en la sombra, en este caso muchos ministros parecen haber sido sacados última hora de debajo del sol.

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