Siguen las malas noticias para España procedentes del FMI. Si el lunes, la institución financiera internacional alertaba de la entrada en recesión este año, una alerta confirmada por el propio Banco de España que fijaba el retroceso del PIB en el 1,5%, el Fondo Monetario Internacional (FMI) este martes ha confirmado el empeoramiento drástico de sus previsiones sobre la economía española, que en el casó del déficit público lo eleva hasta el 6,8% para este año y hasta el 6,3% en 2013, es decir, más del doble del previsto para el próximo año en que todos los países de la eurozona deberían volver a la senda del 3%. No obstante, el ministro de Economía español, Luis de Guindos, ha recalcado que España logrará rebajar el déficit hasta el 4,4% este año.

De acuerdo con el informe «Fiscal Monitor» del FMI , España se aleja cada vez más de los objetivos que se habían marcado desde Bruselas para el presente ejercicio, en que el déficit deberá reducirse al 4,4%, frente al 8% en que finalizó en 2011 (un 1,8% por encima del objetivo). También el nivel de deuda pública irá en aumento, pese a que España es hasta ahora de los países menos endeudados de la eurozona. Así, el FMI prevé que el ejercicio pasado finalizó en el 70,1% del PIB y que en los años posteriores irá en aumento: hasta el 78,1% este año y hasta el 84% en 2013, fruto de la elevada rentabilidad que el Tesoro público español debe dar a los inversores en deuda soberana del país.

Asimismo, el FMI también ha confirmado el retroceso del PIB este año, confirmando que España tendrá recesión durante dos años, al estar previstas unas caídas de la economía del 1,7%  en 2012 (el Banco de España lo cifró en 1,5%) y del 0,3% en 2013.

El FMI ha confirmado también las cifras sobre caída de la economía que se filtraron a la prensa la semana pasada y que pronostican dos años de recesión. De este modo, prevé una caída del Producto Interior Bruto (PIB) de España en 2012 del 1,7%, y en 2013 del 0,3%.

En cuanto a las medidas emprendidas por España para corregir la situación, en concreto las últimas medidas adoptadas por el nuevo Gobierno presidido por Mariano Rajoy, la instuitución presidida por Christine Lagarde considera que podrían recortar el déficit público entorno a un 1,1%, aunque también recuerda que hay nuevas medidas que siguen aumentando el gasto público, como es el caso de la deducción por compra de vivienda.

Como soluciones para mejorar la situación, el informe del FMI apuesta por la consolidación fiscal y el crecimiento económico. Éste último deberá ser el «adecuado» para que mejore la producción y se pueda crear empleo. Se trata de una recomendación válida para todos los países de la UE, a cuyos gobiernos explica que ya que han puesto en marcha un gran ajuste, ahora lo que deben atender es a que no se produzca ninguna caída «inesperada» de su economía.

Para evitar esa caída inesperada, el FMI recomienda «ajustar aún más sus políticas» y permitir a los estabilizadores económicos dejarles operar si hay financiación disponible y no existen dudas sobre su sostenibilidad. Este sería el caso de muchas economías que en 2011 sí lograron reducir su déficit significativamente y para aquellos otros que ya han anunciado recortes «significativos» para el presente ejercicio. Con ello, aconseja que para que no se vea afectado el ritmo del crecimiento se gradúen los ajustes fiscales previstos a corto plazo.

En este sentido, pone el dedo en el ojo de Estados Unidos y Japón a cuyos gobiernos reclama una estrategia definida para reducir sus respectivos déficit públicos.

No obstante, el FMI reconoce que todas estas medidas no serán posibles si no se cuenta con el suficiente respaldo de financiación. ya que la confianza de los mercados siempre tarda en responder a las reformas que empiezan a aplicarse. Por este motivo, la institución dirigida por Lagarde concluye en su informe que «Un mayor ajuste durante una caída podría exacerbar más que aliviar las tensiones en los mercados a través de su impacto negativo en el crecimiento».

De Guindos, optimista

Pese a este nuevo jarro de agua fría, el ministro de Economía, Luis de Guindos, reiteró la confianza de todo el Gobierno español en que el déficit acabará este año cumpliendo el objetivo previsto del 4,4%, frente al 6,8% que prevé el FMI. El ministro español ha insistido en su primer viaje a Bruselas en que ahora en nuestro país se comenzará una segunda ronda de fusiones de la banca y ha descartado los problemas de solvencia que prevé el FMI si se llevan a cabo las reformas previstas por el Ejecutivo español. «El objetivo de déficit del Gobierno en estos momentos es el 4,4% del PIB y no hay ninguna modificación al respecto», ha afirmado de Guindos, quien además ha agregado que no está en la agencia del Ejecutivo «modificarlo o retrasarlo».

De Guindos fue categórico contra toda la avalancha de previsiones a la baja sobre nuestra economía:  «España no tiene ni va a tener problemas de solvencia y liquidez si hace las reformas anunciadas y si llevamos a cabo nuestro plan de ajuste, no se necesitará un plan de rescate». Al finalizar la reunión del Ecofin en Bruselas, el titular de Economía y Competitividad español se mostró tajante en su afirmación de que al finalizar 2012, España tendrá un déficit público del 4,4%. Ni siquiera, pese a la opinión del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cree necesario que se amplíen un año más los plazos fijados por Bruselas para el cumplimiento de los objetivos del Plan de Estabilidad y Competitividad, que deberán quedar ajustados al 3% en 2013.

Asimismo, de Guindos ha explicado a sus socios comunitarios que España continúa con sus reformas, destacando el reciente acuerdo alcanzado por empresarios y sindicatos para que se moderen los salarios los próximos tres años. Rechazó todas las críticas sobre que este acuerdo pudiera retardar aún más la recuperación económica, alegando que «peor no podemos ir».

Junto a las reformas, como la próximo del  sistema financiero -dado que es necesario realizar una «segunda oleada de fusiones» a fin de conseguir la consolidación del sistema, porque España necesita entidades más grandes y saneadas-, de Guindos confirmó que en el Consejo de Ministros del próximo 30 de enero se aprobarán medidas para reactivar la recuperación económica.

Bruselas sigue «apretando»

Analizados los últimos informes del FMI y escuchadas las previsiones del Gobierno español, el comisario de Asuntos Económicos comunitario, Olli Rehn, lo único de lo que quiere oir hablar es de que se van a cumplir los objetivos de déficit para este año. Y ha advertido a aquellos países que lo incumplan que deberán informar a la Comisión Europea dos veces al año de cómo van sus cuentas públicas, en lugar de una. En Bruselas está empezando a estudiarse cómo ayudar, a través de incentivos y recomendaciones, a los Estados que no cuenten con un déficit excesivo.

Rehn no ha dejado ninguna rendija entreabierta a España, y le ha advertido que para ganar la confianza de los mercados la única solución es cumplir el objetivo de déficit del 4,4% este año, pese al deterioro de la economía y la desviación imprevista del déficit en 2011. El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Asuntos Económicos ha recalcado que esta crisis es de confianza, por lo que es vital recuperar la confianza de los mercados «sin demora», descartando de esta forma que se le vaya a dar más tiempo a nuestro país para alcanzar los objetivos.

Y tras las advertencias, Rehn también tuvo tiempo para alabar la «actuación rápida» del nuevo Gobierno para corregir la desviación de dos puntos de déficit de 2011. Pero pese a esta rapidez, el comisiario europeo ha reiterado que la «brecha fiscal» debe corregirse hasta restaurar la «sostenibilidad fiscal». Para ello será primordial los presupuestos que está elaborando el Ejecutivo de Mariano Rajoy, cuyos trabajos deberían avanzar más rápidamente (está prevista su aprobación a finales de marzo) y que lleguen cuanto antes reformas como la laboral a fin de frenar el elevado número de parados que hay en el país.

Algunos de los países comunitarios, como  Rumanía y Austria tambien han pedido que se adelante la entrega de los presupuestos, prevista para el 15 de octubre, para poder disponer de más tiempo para incorporar los cambios solicitados por Bruselas.