Una operación que hace unos meses se atascó porque planteaba serios reparos de competencia ha terminado saliendo adelante. Tinsa, la sociedad de tasaciones y valoraciones inmobiliarias con mayor volumen de negocio en España, ha logrado el control de Tasamadrid, a cambio de proporcionar a Bankia (que heredó la sociedad de Caja Madrid) unas plusvalías de cinco millones de euros. Con esta operación, Tinsa controlará prácticamente la tercera parte del mercado de las tasaciones en España, lo que suscitaba suspicacias entre las autoridades de Competencia. Pero el criterio del Banco de España, empeñado desde hace tiempo en reducir la presencia de las entidades financieras en las sociedades de tasación, se ha impuesto a los reparos de Competencia. Es muy significativo que Tinsa precise que la operación “está sujeta a aprobación por parte de los organismos reguladores competentes”, y que Bankia manifieste claramente que “queda condicionada a la obtención de la oportuna autorización del Banco de España”.

El nihil obstat del supervisor a la compra de Tasamadrid, sexta firma más importante del sector (7,2 millones de euros de facturación en 2010) por Tinsa, que pertenecía a 35 cajas y a la Ceca hasta noviembre de 2010 cuando fue adquirida por el fondo de capital riesgo Advent International a cambio de unos 100 millones de euros, animará nuevas operaciones en las sociedades de tasación. Bankia explica que la venta de Tasamadrid se “enmarca dentro de la política de desinversiones de activos no estratégicos”. Tinsa se garantiza la valoración del 50% de los activos y el 80% de las tasaciones hipotecarias que se realicen a petición de la red de sucursales de Bankia durante un período garantizado mínimo de 15 años. La misma claúsula que impuso Advent a las cajas cuando compró Tinsa.

Antes de la venta de Tasamadrid a Tinsa, Técnicos en Tasación (Tecnitasa) recibía la autorización del Banco de España para adquirir Servicios Vascos de Tasaciones (Servatas), que pertenecía a las tres cajas vascas (BBK, Kutxa y Vital) unidas en KutxaBank. Con esta operación, que incluye un acuerdo entre Tecnitasa y KutxaBank para las tasaciones de inmuebles financiados por el banco de las cajas, la sociedad se consolida entre las cinco grandes del sector, con una facturación de unos 16 millones de euros en 2011, y logra una gran penetración en el País Vasco y Navarra.

Tecnitasa estima que la operación «ayudará a profundizar en la independencia entre las entidades financieras y las sociedades tasadoras de las garantías de los préstamos».

Tras las ventas de Tasamadrid y Servatas,    queda una decena de sociedades de tasación cuyo principal accionista (y también el que generar la mayor parte de la facturación) es una entidad financiera. Entre ellas, la Compañía de Medios y Servicios de Tasación, que pertenece a la sevillana Cajasol (grupo Banca Cívica); Global Gestión de Tasaciones, de Caja Badajoz (grupo Caja Tres); LKS Tasaciones, de la cooperativa de crédito ligada al grupo Mondragón, Caja Laboral; Sociedad Integral de Valoraciones Automatizadas (Sivasa), del Banco Santander; Tasaciones Andaluzas, de la malagueña Unicaja; Tasaciones de Bienes Mediterráneo, de la alicantina CAM (en proceso de pasar a manos del Banco Sabadell); Tasaciones y Consultoría, de Caja Navarra (grupo Banca Cívica); Tasaciones y Valoraciones de Galicia, que se reparten NovaGalicia Banco y Caja Madrid; y Valoraciones y Tasaciones Hipotecarias, de ‘la Caixa’.

El peso financiero baja en un año del 44% al 21%

El proceso de concentración en el sector financiero, especialmente entre las cajas de ahorro, y la decidida voluntad del Banco de España de separar accionarialmente a estas entidades de las sociedades de tasación, propiciarán nuevas operaciones de compraventa. Las estadísticas del Banco de España muestran que las tasadoras vinculadas a entidades financieras realizaron el 21% de todas las valoraciones, cuando un año antes controlaban el 44%.

La separación entre banca y sociedades de tasación aumentará la credibilidad del mercado hipotecario español, donde existe, especialmente desde los inversores internacionales, una gran desconfianza sobre el valor real de los activos inmobiliarios adjudicados por deudas a las entidades financieras. Esto es especialmente importante en las titulizaciones hipotecarias, una de las vías más utilizadas por la banca española para obtener financiación de los mercados. El hecho de que la tasación de las viviendas y otros inmuebles que actúan como garantía de los bonos de titulización sea realizada por una entidad independiente del banco que los emite (y que ha concedido la hipoteca) ofrece más seguridad a los inversores.