La noticia -aparecida en un periódico bonaerense próximo al partido del Gobierno argentino- que apuntaba a una posible nacionalización de su participada YPF se interpreta más en clave de aviso a que realmente pueda abrirse ese proceso.

Ahora las críticas vienen de los gobernadores de las provincias productoras de petróleo, que cuentan con un fuerte poder político y de gestión. En un documento que han elaborado se pone de manifiesto que la producción de hidrocarburos ha sufrido una fuerte revés en los últimos años: la caída ha sido del 32% entre 2002 (con 44 millones de metros cúbicos) y 2011 (30 millones, hasta noviembre). Con este panorama se han sucedido los encuentros entre representantes de los gobiernos provinciales y directivos del grupo. El mensaje para Repsol es que debe aumentar las inversiones, que allí se consideran insuficientes. Y también cuenta con una segunda recomendación: que se rebajen los dividendos de YPF.

Repsol posee el 57% de YPF, mientras que la familia Eskenazi posee el 25%. YPF cotiza en Bolsa y los rumores de nacionalización la han castigado en Bolsa. La cotización de Repsol también se ha visto afectada a la baja. Aunque se considera muy improbable por la repercusión internacional la nacionalización de YPF, en medios financieros y en la prensa argentina se hacen cálculos sobre el coste de la operación. En este contexto, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, viaja hoy hacia Buenos Aires para entrevistarse con la presidenta de la república, Cristina Fernández.