El Gobierno insiste en que “mejorará” el trato fiscal a quienes suscriban un plan de pensiones. Desde el Ejecutivo, se defiende la necesidad de incorporar las ‘pymes’ a estos planes de ahorro para la jubilación y confían en que los incentivos fiscales ayudarán a su desarrollo. Sin embargo, desde los sindicatos y la patronal se mantiene una visión totalmente contrapuesta. Tanto CEOE, como UGT y CCOO, consideran que que, tras la aprobación de la reforma laboral, se ha abierto un escenario totalmente adverso, por distintas razones,  para el impulso de estos planes de previsión social.

El secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, confirmó este jueves que el Gobierno estudia “revisar” la tributación de los planes de pensiones. También se mostró dispuesto a adaptar la legislación a las necesidades de las ‘pymes’. En las pequeñas y medianas empresas no suele existir capacidad para el desarrollo de estos planes. Sin embargo, según Javier López Otaola, responsable de Ocopen, que agrupa a los consultores de planes de pensiones, y que también participó en unas jornadas organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), las ‘pymes’ tienen su oportunidad si contratan estos planes “por sectores”.

Burgos se esforzó por destacar el carácter voluntario de estos planes. Sin embargo, el panorama que ofreció sobre el estado de las finanzas públicas pareció apuntar en otro sentido. Recordó que el déficit de la Seguridad Social escaló a 995 millones de euros el pasado año. Sacó a colación que 95.000 nuevos pensionistas se suman cada año, desde hace más de una década, al sistema público de pensiones. Rememoró que un 13,76 por ciento de sus afiliados cotizan a la Seguridad Social desde el desempleo. Minimizó el coste para el Estado de estos planes complementarios, unos 1.000 millones en desgravaciones fiscales, frente a los 124.000 millones de coste de la Seguridad Social en 2011. Toda una serie de datos que “aconsejan” reforzar las pensiones “con aportaciones privadas y voluntarias”, concluyó. “Los ciudadanos tienen que asumir su responsabilidad individual en el ahorro para la jubilación”, sentenció.

Daños colaterales de la reforma laboral

Sin embargo, empresarios y sindicatos ven la cuestión de forma muy distinta. Para ellos, a corto plazo, será muy difícil desarrollar estos planes. Por los recortes salariales, según los sindicatos. Y, según la patronal, por la tensión que la reforma ha introducido en la negociación colectiva, que costará un tiempo superar.

José de la Cavada, responsable de relaciones laborales de CEOE, cree que la reforma laboral ha supuesto un trauma para la negociación colectiva. Aunque anima a superarla cuanto antes, reconoce que la tensión creada entre las dos partes que negocian los convenios colectivos, en cuyo seno se suelen desarrollar estos planes, en el ámbito de la empresa, perjudica que los fondos de pensiones levanten el vuelo.

Por otros motivos, los sindicatos también ofrecen su explicación de porqué la reforma perjudica la suscripción de estos planes. “Los últimos movimientos del Gobierno nos llevan a un mercado de trabajo donde se alejan las posibilidades de desarrollo de los sistemas complementarios”, confirma Carlos Bravo, responsable de esta rama en CCOO. En su opinión, con la reforma laboral, “la gente perderá capacidad de ahorro”, debido a que se ha buscado rebajar costes salariales, ante la imposibilidad de efectuar una devaluación competitiva.

“La reforma va a generar un nuevo ejército de trabajadores en precario, que van a estar a prueba permanentemente. Bastante tendrán con defender sus salarios. No tendrán interés por defender sus pensiones”, afirma Jesús González, su homólogo en UGT. Junto a los bajos salarios, la carestía de la vivienda tampoco ayuda al desarrollo de estos sistemas. “No hay capacidad de ahorro”. “La reforma laboral va a crujir muchos acuerdos existentes y ya a impedir otros nuevos. La previsión social complementaria en la empresa está muy tocada”.