Goldman Sachs, en la picota por la dimisión de un ejecutivo

15/03/2012

Miguel Larrañaga. Greg Smith era un ejecutivo de Goldman Sachs en Londres absolutamente desconocido por su trabajo, pero su dimisión y la denuncia pública que ha hecho ha puesto a Goldman Sachs en la picota.

En Wall Street no se habla de otra cosa que de Greg Smith, el ejecutivo de Goldman Sachs que decidió dimitir ayer y lo hizo de una forma realmente peculiar: publicando un artículo en el New York Times en el que denuncia que se ha perdido la ética del negocio y que Goldman Sachs actúa en contra de los intereses de sus clientes.

A pesar de la inmediata reacción de la cúpula del banco minimizando el asunto y asegurando que «como todas las quejas que recibimos, será objeto de una investigación interna», lo cierto es que la crítica no ha caído en saco roto. Aunque se quiera minimizar la cuestión, Smith no era un ejecutivo cualquiera, sino el director del negocio de derivados de renta variable en la City londinense

Y lo que dice Smith es realmente fuerte, por mucho de que desde fuera hayan sido muchas las voces que en los últimos años han dicho cosas semejantes. La novedad es que ahora lo ratifica alguien que conoce el percal desde dentro y dice cosas tan jugosas como que «he visto muchas veces como los clientes son llamados marionetas por los directivos en sus comunicaciones internas«.

El ya ex ejecutivo del banco denuncia en su artículo la absoluta «bancarrota moral» de la institución y denuncia que en los últimos tiempos los ejecutivos de la firma han dedicado todo su esfuerzo a ganar dinero para la institución y no para el cliente, llegado al punto -asegura- de que en el escalafón se premia a quien mejor ha colocado entre los clientes productos ruinosos de los que el banco se quiere desprender.

Ni qué decir tiene que en los mentideros de Wall Street se ha devorado el artículo de DSmith (ayer fue el enlace más leído del New York Times) pero seguramente Snmith no pensaba que las cosas iban a llegar donde han llegado. Hasta el ex jefe de la Fed Paul Volcker, de quien se asegura tiene una gran influencia sobre el presidente Obama, ha entrado «a saco» a criticar a Goldman Sachs y sus métodos, dando por buenas todas y cada una de las aseveraciones de Smith.

Frente a este revuelo, Goldman insiste en que no está de acuerdo con las denuncias de Smith y que éstas no reflejan en modo alguno los usos y costumbres en la firma. Tiene un problema: muchos piensan todo lo contrario y han encontrado en la denuncias de Smith el asidero que necesitaban para su ataque. Goldman Sachs está en la picota.

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