La reunión del consejo de administración de YPF, presidida por Antonio Brufau, no ha servido para alcanzar un consenso entre los representantes de Repsol y los del Gobierno de Cristina Fernández sobre el reparto de los beneficios de la empresa argentina. El representante del Estado argentino, Roberto Baratta, rechazó las medidas presentadas por la petrolera, ya que, en su opinión, no se han tenido en cuenta las propuestas realizadas para crear un fondo para las inversiones con los beneficios de los dos últimos años. Repsol, que ha recibio del orden de los 600 millones de dólares por dividendos, es ahora partidaria de capitalizar.

El consejo tenía entre otros objetivos alcanzar un acuerdo sobre dividendos que se había pospuesto en la sesión de hace quince días. Las divergencias adquieren mayor relieve en un contexto en el que hasta ahora tres provincias han revertido las concesiones para operar en diversos campos de hidrocarburos, y cuando, pese a algunos desmentidos como el último, que ha servido para que Repsol subiese en Bolsa, el fantasma de la renacionalización de YPF pesa sobre el grupo.

Esta asamblea iba a definir el destino de las utilidades del último año, que en la reunión del pasado 8 de marzo quedó pendiente de resolución, después de que Baratta se opusiera a la aprobación de las cuentas de 2011 y reclamara la creación de una reserva de inversiones para exploración y explotación de hidrocarburos.