La pobreza, según Montoro

03/04/2012

Luis Díez.

Una enorme tristeza, derivada de la contracción, sobrevoló la tradicional rueda del ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, al presentar el Presupuesto del Estado para este año en el Congreso. El ajuste fiscal de 27.300 millones de euros no permitía ninguna alegría. La reducción de presupuesto de los ministerios en un 17% tampoco daba para hacer amigos. La subida del impuesto de sociedades para sacar 5.350 millones de euros de lo que hasta ahora era exenciones, así como los 4.100 de la subida del IRPF y los derivados de la amnistía al negro (2.500) que quiera aflorar hasta noviembre, tampoco era para tirar cohetes en el solar de la derecha, tradicionalmente acostumbrada a rebajar impuestos.

Los que van a sufrir con este Presupuesto son el Ministerio de Exteriores, que reduce 1.500 millones en ayuda a la cooperación, lo que significa que cientos de cooperantes se irán al paro y miles de empresas de suministros a países empobrecidos, al garete. En TVE baja la financiación de 535 a 331 kilos; en Defensa cae la inversión de 1.005 a 654 millones; en Fomento desaparecen los 600 millones de ayudas a infraestructuras ferroviarias (ADIF) y las inversiones se reducen a 2.800 millones de euros. En Educación baja la parrtida de transferencias de 1.500 a 970 millones; los inmigrantes ya no necesitan integrarse, por lo que el presupuesto pasa de 67 millones a cero; la subvención al carbón desaparece; la ayuda a la dependencia suma cero, y la I+D+I a través de Economía (CDTI) pasa de 536 a 1214 millones de euros.

Los beneficios fiscales, a pesar de la supresión de las deducciones en sociedades y de la subida del IRPF, siguen siendo elevados y se cuantifican en 38.100 millones de euros, y la prestación por desempleo se mantiene, aunque lógicamente desciende por razones demográficas –los parados son jóvenes sin derecho a prestación y los veteranos van perdiendo el derecho al subsidio a medida que pasa el tiempo– y queda 10.000 eruos por debajo de la citada cifra. La reducción de los 1.500 millones de euros en las políticas activas de empleo representa el último objetivo político para laminar los cursos de inserción patrocinados por los sindicatos y subcontratados por la CEOE y clavar una cuña en el llamado por Esperanza Aguirre Muro de Berlín. De la capital federal alemana y de la canciller Angela Merker no se habló en la presentación del un Presupuesto que responde a su dictado, faltaría mas, y que añade 300.000 parados a los 630.000 previstos por el Gobierno.

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