La Generalitat presiona al Sabadell para que puje fuerte por CatalunyaCaixa

17/04/2012

Miguel Ángel Valero. División entre directivos y accionistas destacados del banco sobre la conveniencia o no de realizar una operación de gran calado en plena digestión de la alicantina CAM.

La Generalitat, directamente pero también a través de otras instituciones vinculadas a la denominada sociedad civil catalana, presiona al Banco Sabadell para que haga un esfuerzo extraordinario y salga triunfante, con la oferta más competitiva, de la puja por CatalunyaCaixa. El Gobierno de Artur Mas imita de esta manera el intento fallido del tripartito encabezado por José Montilla en febrero de 2011 para que el Sabadell absorbiera CatalunyaCaixa y evitara su nacionalización a través del Frob. Para Mas es casi una cuestión de Estado que la segunda caja de ahorros de Cataluña, cuya creación (fruto de la fusión de las caixas de Catalunya, Tarragona y Manresa) fue una imposición de la Generalitat, no acabe en manos ajenas, como ha sucedido con Unnim (unión de las caixas de Sabadell, Terrassa y Manlleu), adjudicado al BBVA; Caixa Laietana, integrada en Bankia; o Caixa Penedés, que está en BMN. Al mismo tiempo, con la unión entre el Sabadell y CatalunyaCaixa se haría realidad el gran sueño de contar con un gran grupo financiero catalán que actúe como contrapeso de la todopoderosa ‘la Caixa’.

Al toque a rebato de la Generalitat para presionar al Sabadell para que se quede con CatalunyaCaixa han acudido instituciones como la patronal Fomento del Trabajo, la Cámara de Comercio de Barcelona, empresarios catalanes (algunos de ellos, accionistas del banco), el Círculo de Economía, y hasta los sindicatos.

El problema es que el Sabadell se encuentra en plena digestión del Banco CAM, y no parece el mejor momento para afrontar una operación aún más compleja y, previsiblemente, con menores ayudas públicas. Además, el banco que preside Josep Oliu fue el único que presentó oferta por la entidad de ahorro alicantina, mientras que por CatalunyaCaixa hay muchos grupos interesados, al menos inicialmente. Lo que encarece notablemente la operación.

Los números dicen que el Sabadell, con CatalunyaCaixa, se colocaría con un volumen de activos de 242.000 millones de euros, consolidándose como quinto grupo financiero del Estado español y poniendo mucha tierra de por medio respecto a su gran competidor, el Banco Popular (161.000 millones tras absorber el Pastor).

Sin hacer locuras

Esta situación, casi bipolar, entre las presiones de la Generalitat, la existencia de una oportunidad de dar un salto histórico de dimensión, y la exigencia de prudencia por estar en plena integración de la CAM, divide al Sabadell. No sólo a los directivos, sino también a los principales accionistas de la entidad, aunque todos coinciden en que cuando el consejo de administración, controlado por Oliu, tome una decisión, el grupo en pleno la respaldará, sea cual sea ésta.

El Sabadell intenta, al menos públicamente, sacudirse esa presión para que logre CatalunyaCaixa. Habrá oferta por la segunda caja catalana, pero «no haremos ninguna locura que perjudique a nuestros accionistas”. Reconocen sentirse “halagados” por el apoyo de la sociedad civil (públicamente no hacen referencia a las presiones de la Generalitat) a la operación, pero insisten en el mensaje anterior.

Pero, ¿de verdad interesa CatalunyaCaixa al Sabadell? La respuesta oficial opta por la ambigüedad: «Estamos en pleno proceso de integración de CAM, aunque está bastante avanzado, y nos podría encajar CatalunyaCaixa, por razones culturales y por complementariedad de segmentos”.

A los directivos del Sabadell, que recuerdan que el director general de la caja, Adolf Todó, procede del grupo, les gusta sobre todo la aportación de clientes particulares que supondría CatalunyaCaixa: 950.000 personas con nómina o pensión domiciliada, con una gran fidelidad a la entidad (en 2011 captó 140.000, y en el primer trimestre, 30.000, pese a la situación). El Sabadell echaría el lazo al 21% de la cuota de mercado de particulares en Cataluña, equilibrando su tradicional vinculación al cliente empresarial y, sobre todo, pymes y profesionales autónomos.

Aportan un dato: CatalunyaCaixa ha vendido 22.212 pólizas de Vida en el primer trimestre, el 70% más que en marzo de 2011, teniendo en cuenta que sólo el 36% de éstas se encuentran ligadas a créditos. Y 17.000 seguros de Autos y de Hogar. Las primas de estos tres ramos superan los siete millones de euros, el 35% más. Vida aporta más de la mitad, 3,7 millones, con un incremento del 98%.

Destacan también el saneamiento afrontado por la entidad, que le ha llevado a pérdidas en 2011, que facilitaría la digestión de los activos inmobiliarios más deteriorados. Y el acceso a la Obra Social de CatalunyaCaixa, que permitiría al Sabadell discutir el fuerte protagonismo en este campo, tan valorado en Cataluña como en el resto de España, de ‘la Caixa’.

Estos directivos favorables a la operación aducen en su favor unas palabras de su consejero delegado, Jaime Guardiola, en el Encuentro del Sistema Financiero de Deloitte y ABC, que interpretan como que CatalunyaCaixa “encajaría más” que el Banco de Valencia, la otra entidad que va a ser subastada. Y que el Sabadell seguirá “muy pendiente” de las oportunidades que surjan en el proceso de reestructuración.

Dos integraciones casi simultáneas

Pero otras opiniones dentro de la entidad insisten en que el grupo difícilmente podrá gestionar bien dos integraciones casi simultáneas del tamaño de la CAM y de CatalunyaCaixa. Además, si el Sabadell logra el control de la entidad de ahorro habrá un problema de solapamiento de oficinas: en la provincia de Barcelona sumarían más de 900 sucursales.

También destacan que, en seguros, habría que indemnizar a Mapfre por la ruptura del acuerdo de bancaseguros con CatalunyaCaixa, ya que el Sabadell cuenta con Zurich, en una situación muy similar a la que hay que afrontar en Banco CAM con Aegon, que reclama 600 millones de euros a la entidad alicantina porque se siente perjudicada tras su nacionalización vía Frob. Como referencia, Mapfre pagó 445 millones de euros por la mitad del negocio de Vida y Pensiones de Caixa Catalunya en 2010. Este acuerdo se amplió, sin hacerse público el coste para Mapfre, a las otras dos entidades tras la fusión. En estos momentos, es el acuerdo de bancaseguros que mejores resultados ofrece a Mapfre.

A algunos accionistas, más que disgustarles la compra de CatalunyaCaixa, les asusta una nueva ampliación de capital del Sabadell, con las dificultades que una operación de estas características, y la posible dilución de sus participaciones, además de un hipotético impacto negativo en la cotización, al menos a corto plazo.

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