Eran tantas las voces que lo pedías, que parecía que en el Consejo Europeo (CE) se mostraban reacios por no haber sido los primeros en tener la idea. Lo cierto es que instituciones internacionales (FMI, OCDE) y expertos de todos los países aconsejan y reclaman medidas a los dirigentes comunitarios que se centren más en la recuperación económica que en los permanentes recortes si es que se quiere alejar el fantasma de la recesión. Así parece haberlo entendido el presidente del CE, Herman Van Rompuy, quien ha comenzado a preparar una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de los Vientisiete, dedicada única y exclusivamente a abordar fórmulas que favorezcan el crecimiento económico en la región.

Dicha cumbre se celebrará tras la segunda vuelta a las elecciones en Francia (6 de mayo). “Y con razón –empezó a explicar Van Rompuy su iniciativa-, tras reconocer que el debate sobre el crecimiento está ocupando “un lugar central” en toda Europa, quien para “lavarse la conciencia” agregó que dicho debate “nunca estuvo ausente, sólo menos visible”.

Transcurridos más de cuatros años desde que comenzó la mayor crisis económica, los líderes europeos ahora tienen como “principal prioridad” el crecimiento. La cumbre extraordinaria que se celebrarán en mayo servirá para encargar los “deberes” a los Veintisiete a fin de que en la cumbre del Consejo Europeo, que se celebrará el 28 y 29 de junio, se adopten “decisiones importantes”. Van Rompuy hasta baraja la posibilidad de convocar a los líderes europeos a una cena informal para que intercambien ideas.

Ni que decir tiene que de cumplirse todas las encuestas, el nuevo presidente francés tras el 6 de mayo, François Hollande, podrá tener la oportunidad de explicar todas las propuestas de crecimiento económico a las que se ha referido durante la campaña electoral, incluida una reforma del Tratado con la que reforzar la disciplina fiscal que incorpore medidas de crecimiento económico.

Segundo intento

No obstante, esta cumbre extraordinaria será el segundo intento de Van Rompuy para que los líderes europeos hablen de crecimiento, después del fracasado encuentro celebrado el pasado mes de febrero que concluyó sin haber adoptado ni una sola medida. Es de esperar que, en esta ocasión, el presidente del CE presente a los mandatarios algunas propuestas, pese a que de momento no ha querido desvelar cuál será su estrategia.

Hasta ahora, los esfuerzos de Van Rompuy se han dirigido a pedir una mejor utilización del presupuesto de la UE o aumentar el capital del Banco Central Europeo, no sin antes advertir que los presupuestos carecen de estímulo para el crecimiento económico ante los niveles de deuda y déficit existentes, mientras que el BCE se encuentra en los límites de la financiación.

Sin embargo, Van Rompuy no abandona la ‘cantinela’ de los últimos años de que la consolidación fiscal pese a no ser un objetivo en sí mismo, es un “prerrequisito” para que el crecimiento económico pueda ser sostenible.

Su conclusión no puede ser más decepcionante: “Debemos decir la verdad. No hay fórmula mágicas. Las reformas llevan tiempo, y lo mismo ocurre con su impacto en el crecimiento y el empleo”. Y con esta contundencia en sus palabras también responde a las “demandas esquizofrénicas” a la UE de gente que asegura que la falta de disciplina fiscal socava la confianza del mercado, y al día siguiente afirma que la consolidación fiscal mata el crecimiento. ¿Se refiere el presidente del CE a Angela Merkel?

De momento, los datos que baraja el Consejo Europeo apuntan hacia una “suave” recesión, pese a que existen “grandes diferencias” entre los Estados miembros. También Van Rompuy ha despejado uno de los temores de la canciller alemana, empeñada en frenar el aumento de la inflación, sin darse cuenta que antes existen otras urgencias económicas: “No hay riesgo de una espiral deflacionista global”, ha asegurado Van Rompuy, para quien el PIB de la zona euro se contraerá un 0,3% este año, mientras que para 2013 se espera que vuelva a crecer.