El futuro de la economía europea es el crecimiento. Y ahora todo es posible, incluida la emisión de eurobonos que algunos países llevan casi un año pidiendo, como es el caso de España. Tanto es así que el vicepresidente de la Comisión  Europea y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha defendido este martes en la Eurocámara la necesidad de que se elabore una «hoja de ruta a medio y largo plazo para crear eurobonos«, en su intervención previa a la cumbre a la cumbre extraordinaria que se celebra este miércoles que se celebra con un único punto a abordar: adoptar medidas que contribuyan al crecimiento en la Unión Europea.

En dicha hoja ruta, concretó el comisario de Asuntos Económicos, el primer punto debería ser la creación de «una auténtica unión económica y política» entre los países que se encuentran en la eurozona. Y a ello sumó que el Pacto de Estabilidad, en esta ocasión, debe jugar a favor del crecimiento. Como muchos de los estadistas comunitarios, nuevamente, Rehn volvió a entrar en la contradicción que supone crecer y al mismo tiempo que cada país cumpla con el objetivo de déficit público en ese dígito -para algunos países- maldito del 3%. Esta contradicción solo sería posible si en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del próximo 30 de mayo se admitiera a países como España, Italia, Portugal… que se les da un año más para cumplir con dicho objetivo, en lugar del hasta ahora inamovible 2013.

Frente a las prisas que tienen países como Francia, Italia o España de que se creen los eurobonos para que la eurozona pueda estabilizarse, Rehn parece tender un puente de plata dejando abierta esa posibilidad, aunque no sea inmediatamente. También es cierto que Alemania se ha mostrado totalmente en contra de los eurobonos porque -poco parece fiarse Angela Merkel– con ello los países con más problemas se relajarían en la aprobación y ejecución de las reformas estructurales y ajustes que tienen pendientes, aunque también los alemanes dan un argumento de peso: se incrementarán los costes de financiación de la deuda. ¿O será porque el bono alemán dejaría de ser la referencia?

Por tanto, nuevamente los intereses nacionales priman sobre lo que debería ser la «auténtica unión económica» que preconizaba este martes el comisario económico en la Eurocámara. Por ello, Rehn lanzó un mensaje a todos los diputados europeos: «Debemos  reflexionar sobre qué tipo de Unión Europea se requeriría para profundizar la integración económica y política, por ejemplo, de forma que la emisión conjunta de deuda tenga sentido para todos los Estados miembros que comparten la moneda única«.

Es por este motivo, por el que Rehn se refirió a la necesidad de que se aborde «pronto», la que denominó «hoja de ruta a medio y largo plazo» para la creación de los eurobonos. Y concretó más. Dicha hoja de ruta debería recoger en detalle los «rasgos» que precisaría una unión económica y política. Sólo así se podría hacer que la mutualización de la deuda sea «racional«, al tiempo que se minimizaría el «riesgo moral» y se garantizaría la sostenibilidad presupuestaria. Con estos mimbres se tendría la perspectiva a largo plazo sobre el futuro de la unión económica y monetaria y que todos los países que la integran puedan mantenerse en la «buena dirección».

En otro orden de cosas, Rehn también explicó en la Eurocámara que esperaba que este miércoles los líderes de la eurozona adoptaran medidas que favorezcan el crecimiento. Entre estas medidas se encuentra que alcancen un acuerdo para ampliar el capital del Banco Europeo de Inversiones (BEI) o que se creen bonos para financiar la construcción de infraestructuras.

Pero también considera necesario establecer medidas que favorezcan la creación de empleo, así como que se den los primeros pasos para que se produzca a finales de diciembre un acuerdo sobre los Presupuestos comunitarios del periodo 2014-2020 que, en su opinión, podría convertirse en el «Plan Marshall para Europa».

La familia europea

Pese a que esos asuntos serán los puntos centrales de la reunión de este miércoles, la situación que nuevamente atraviesa Grecia será objeto de atención. Rehn ya ha pedido a todos los Estados que lleven su posición meditada sobre si quieren que Grecia «siga siendo parte de la familia europea y del euro». Lo que sí ha dejado claro es que los países de la eurozona han sido «muy solidarios» con el país heleno, en unos niveles de asistencia financiera «sin precedentes». El vicepresidente de la Comisión Europea llevaba echas las cuentas: se han dado 33.600 euros por cada ciudadano griego.

Por ello, Rehn sigue defendiendo que Grecia debe aplicar el plan de ajuste que había pactado con la UE. «No hay ningún camino fácil», pero como también advirtió el comisario económico, «salir del euro sería mucho peor». Ante esta dramática situación, Rehn ha pedido a todos los partidos políticos que utilicen las semanas que les quedan antes de las elecciones del 17 de junio en explicar a los ciudadanos griegos sobre las dos únicas alternativas que tienen para que emitan su voto, en una clara referencia al deseo de Bruselas de que se haga un referendum entre los griegos para que digan si quieren o no permanecer en el euro.