Lamento ser portador de malas noticias, pero tiene toda la pinta de que volveremos a ver al S&P 500 rondar los 1290 puntos y llegar de nuevo a la zona de peligro, esa de la que suelo decir que contiene la línea que separa el bien del mal. Todas estas informaciones-deformaciones interesadas, todos estos rifirafes y todo el miedo que se está metiendo en el cuerpo a la gente nos llevan de cabeza a intentar probar los mínimos de los que parecía que habíamos salido. Todo parece «diseñado» para que así sea, aunque ya se nota el movimiento para preparar el rebote desde esas zonas. Sólo falta que salga bien…

¡¡Qué envidia me da la agilidad con la que se mueven al otro lado del Atlántico!! Es comenzar de nuevo los problemas y en el mismo día salir uno de los que manda en la Fed a decir que respaldará una nueva ronda de estímulos si se necesitan. Igualito que aquí, que el BCE no está ni se le espera y los demás se dedican a poner sobre la mesa puros ejercicios de retórica a largo plazo que no arreglan el problema más acuciante, el del presente. Luego querrán que se les considere en el mundo, pero a día de hoy la UE no es sino un lastre y lo es por culpa de sus politicastros.

En fin, que el desastre europeo ha cruzado el charco y se ha instalado durante toda la tarde Wall Street, donde los índices no han sido capaces en la jornada de hoy de recuperar prácticamente nada de lo perdido en una de las aperturas más trágicas de los últimos tiempos. Europa vuelve a pesar en Estados Unidos y España acapara portadas en los diarios americanos y no precisamente por sus extraordinarias prestaciones…

A cambio, las rentabilidades de los bonos americano, alemán, británico y holandés han alcanzado mínimos históricos ante la fuerte demanda de estos títulos por parte de inversores que buscan un refugio donde guarecerse. El problema es que las rentabilidades son tan ridículas que quedan anuladas por el efecto de la inflación volviendo a generar un fenómenoque para mí siempre ha sido misterioso. No entiendo que alguien entierre su dinero durante mucho tiempo en activos que le ofrecen rentabilidades reales negativas, pero doctores tiene la Iglesia…

Lo peor es que el ambiente se ha vuelto de repente demasiado pesimista y que el mercado parece haber bajado los brazos. Al cierre, el Dow Jones perdió un 1,28%, el S&P 500 un 1,43% y el Nasdaq Composite un 1,17%.