¿Qué significa esto del rescate? ¿En qué nos va a afectar? ¿Que nos supone? . Esta es la gran pregunta que llevan haciéndose los españoles desde que el sábado el ministro de Economía, Luis de Guindos, anunciara el «rescate» del sector financiero por parte de Europa sin querer utilizar esta palabra que parece haberse convertido en maldita para el Gobierno.

También se escapó por las ramas el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, que ni convenció en su rueda de prensa el domingo ni tuvo el gesto más adecuado al podérsele ver en el partido de la selección española en Polonia como no ocurriera nada en un país que tiene más de cinco millones de parados, está creciendo la pobreza y no se atisba un futuro esperanzador. Y si no que se mire y se pregunte en las redes sociales sobre como vieron los españoles estos gestos.

Europa

Con esta situación por parte del Gobierno, los distintos protagonistas de este drama económico han empezado a retratarse. Desde Europa ya se ha hecho llegar el mensaje a España de que el rescate lleva implícito una vigilancia constante sobre nuestro país y que tiene condiciones. Y ya se sabe que se quiere decir cuando desde Europa se habla de condiciones: más recortes sociales y más impuestos. Incluso se ha advertido a España desde la UE que serán más rigurosos para que cumplamos el déficit.

O dicho de otro modo que el Gobierno tendrá que adoptar cualquier medida de más recortes de gastos o aumentos de impuestos por muy dolorosas que sean. Y en esto caso Europa no habla por hablar.

Patronos

Un escenario el de los recortes, en el que los empresarios se mueven con soltura. Desde luego ningún temor parecía tener este lunes Luis Rosell, presidente de la patronal CEOE, beneficiaria de la reforma laboral, quien declaró este lunes que España está hoy «ligeramente mejor» que el viernes debido al rescate a la banca acordado por el Eurogrupo, pero insistió en que españa debe seguir con las reformas «en profundidad y en cantidad y en calidad». Y ya se sabe cuando se sabe cuando los empresarios, como el Gobierno, se ponen a hablar de reformas hay que echarse a temblar.

En la misma línea José Luis Feito, el presidente del Instituto de Estudios Económicos, la institución que tiene la patronal para intentar cambiar la opinión de los españoles hacia sus posiciones ideológicas (donde el hoy ministro de Hacienda Cristóbal Montoro estuvo muchos años trabajando), calificó de «extraordinariamente positiva» la ayuda europea a la banca española «porque supone el principio del fin de la crisis financiera». Otro capote a un Gobierno que no habla de cuando va a comenzar a crearse empleo.

Sindicatos

Los que si parecen tener claro que se avecinan tiempos muy difíciles para los empleados son los sindicatos de todo signo. UGT y CC.OO. creen que el rescate demuestra de que la primera reforma que necesitaba este país no era la laboral sino la del sistema financiero y ahora se preguntan de donde va a salir el dinero para pagar esa decisión. La respuesta que ellos mismos se darían no parece difícil de adivitar.

Por su parte, la Unión Sindical Obrera (USO) ha pedido a los españoles que no toleren que el coste de este rescate a los bancos caiga sobre sus espaldas. «Este rescate no debe ser pagado con nuevas condiciones y exigencias a los ciudadanos. La supuesta no condicionalidad macroeconómica asegurada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ve comprometida por la lista de recomendaciones realizada por Bruselas», ha denunciado la central.

A la vez ha recordado que entre estas recomendaciones se encuentran las de subir el IVA y acelerar el mecanismo de retraso de la edad de jubilación.

Escenario

Un dato esremecedor y que ha pasado un tanto desapercibido es que cuando el pasado fin desemana FMI la publicación del informe financiero, en el que cifraba en alrededor 40.000 de millones de euros las necesidades del sector financiero en España y que fue el detonante de que comenzara el proceso de rescate, la institucion internacional indicó que sus cálculos se basaban en un escenario adverso de crecimiento negativo del 4,1% para 2012 y 1,6% para 2013.

El Gobierno ha previsto para este año una caída del PIB sensiblemente menor y el comienzo de la posibilidad de ver la luz al final del túnel el próximo año. Pero si todo esto no se va a producir y la realidad se aproxima más a las cifras del FMI s la consecuencia ya se sabe cual es: más paro y más pobreza, dos indicadores que son los que más han crecido en los últimos años.

Con este panorama habría que preguntarse si España no se dirige a una progresiva «helenización» de su economía con un Gobierno que parece haber perdido la credibilidad después de meses de eufemismos, mensajes vacíos y medidas que no han demostrado ninguna eficacia ni confianza dentro ni fuera.