El consejero de Empresa y Ocupación, Francesc Xavier Mena, confirma que Cataluña tiene todos los números para ganar la lotería de emplazar el proyecto de ocio y juego Eurovegas en la zona del delta del Llobregat, entre Barcelona y el aeropuerto. Unos terrenos que en estos momentos forman parte del Parque Agrario del Baix Llobregat y tienen carácter de protegidos. La pérdida de posiciones de Madrid y la ventaja catalana a despertado las suspicacias de agricultores, ecologistas y también arquitectos. Un panel de expertos, moderados por Lluís Comerón, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña (COAC), discutirá mañana sobre la posible instalación del proyecto en Cataluña.

La Generalitat ha modificado el proyecto inicial para adaptar los rascacielos que Sheldon Adelson, el magnate estadounidense que preside y dirige Las Vegas Sands Corporation, quiere construir en el delta del Llobregat. A finales de mes, Adelson acabará de deshojar la margarita de su decisión, aunque en Cataluña todo el mundo da por hecho que las vistas al mar y la proximidad del puerto y el aeropuerto, con el intenso tráfico de cruceristas que Barcelona tiene, hace decantar la balanza de una multimillonaria inversión del lado catalán.

Pero no todo serán facilidades para acoger este proyecto. Los alcaldes socialistas del Baix Llobregat, comarca donde se ubicaría Eurovegas junto al litoral barcelonés, están divididos entre quienes se muestran a favor del empleo y la generación de riqueza que supondrá Eurovegas y los que defienden la protección paisajística y agracia de la actual actividad que se realiza en unos terrenos en los que ya han empezado a realizarse ventas.

El sindicato Unión de Pagesos considera que el espacio agrario del Baix Llobregat ha estado sujeto a continuas especulaciones desde hace décadas. A su juicio, es ahora cuando más amenazado está ante el actual proyecto Eurovegas, que “ha demostrado que este suelo agrario cercano a Barcelona sigue estando en serio peligro a pesar de su declaración oficial como suelo no urbanizable de valor agrario desde hace más de tres décadas por parte del Plan General Metropolitano de 1976, condición reforzada por un plan especial de protección y mejora del Parque Agrario del Baix Llobregat (aprobado por la Comisión Territorial de Urbanismo de Barcelona en 2004) y posteriormente por el Plan Territorial Metropolitano de Barcelona (aprobado por el gobierno de Cataluña en 2010). Significativamente, este último lo declara suelo de especial protección por sus valores ambientales y agrícolas.

Sin embargo, a pesar de tanta protección urbanística, el vicepresidente primero del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y alcalde socialista de Cornellà, Antonio Balmón, ya ha adelantado que no se opone, de entrada, al proyecto, dada la precaria situación económica del país y el elevado número de parados de la zona. Igualmente, el presidente del Consejo Comarcal del Baix Llobregat y alcalde de Gavà, otro de los municipios afectados, es partidario de estudiar el proyecto por los beneficios económicos que comportará.
El Parque Agrario del Baix Llobregat, que nació en el año, afecta a 3.000 hectáreas de suelo agrario de gran calidad a orillas de Barcelona y es trabajado por un tejido productivo agrario vivo, dinámico y competitivo. Para los agricultores, desde el principio ha sonado muy fuerte la alternativa de localizar en las tierras agrarias protegidas el proyecto de Eurovegas. Por otro lado, la dimensión territorial del proyecto tampoco se ha aclarado, pero todo indica que la construcción se desarrollaría por fases, la primera de 200 hectáreas, y que podría llegar hasta un total de 800 hectáreas.

La respuesta de los partidos políticos al proyecto Eurovegas no se ha hecho esperar. Por una parte, ICV ha mantenido una oposición clara y contundente insistiendo en que el gobierno catalán se está cargando el consenso sobre el modelo del Parque Agrario del Baix Llobregat e hipoteca el territorio sin hablarlo con sus representantes. ERC, en la misma línea, también pide a la Generalitat la máxima transparencia y la informació. Por su parte, el PSC no se opone frontalmente al proyecto hasta no conocer todos los detalles y opina que hay que escuchar todas las inversiones que aspiren a dar puestos de trabajo. Mientras tanto, a raíz de la moción en contra de ICV, el actual consejero de Agricultura del gobierno catalán ha roto el silencio y se mostró claramente a favor de atraer la instalación, aunque ha negado que se haya decidido su ubicación definitiva en el Baix Llobregat.

La Fundación Agroterritori ha mostrado su rechazo contundente a lo que supone una “agresión al territorio”, en línea con los planteamientos manifestados por Unió de Pagesos de Cataluña, La Trama Urbana, el Centro de Estudios del Baix Llobregat, Justicia y Paz o la plataforma Aturem Eurovegas-Salvemos el Delta del Llobregat, entre otros. En definitiva, alegan que este proyecto de Eurovegas “no es el modelo de desarrollo territorial que queremos ni la estrategia que nos ayuda a salir de la crisis y, una vez más, nos manifestamos a favor de la tramitación de la Ley de espacios agrarios de Catalunya que haga posible la preservación real de este recurso finito, básico en términos de autosuficiencia alimentaria.