Las cosas, por su nombre

15/10/2012

Juan Francés.

¿Rescate o línea de crédito? Rajoy ha evitado entrar en lo que él mismo definió como un “debate nominativo” pero el debate nominativo se lo llevó por delante como un tifón. Ni siquiera el debate del 9 en La Roja le hizo sombra. Además, el abuso de eufemismos genera confusión y alimenta las dudas, la desconfianza, el temor, y el temor de los mercados hunde países. Y en esas seguimos, con una prima de riesgo aún elevada y la calificación de solvencia de nuestro país rozando el bono basura y las dudas sobre España aún amenazantes.

Los eufemismos dan resultado si se usan bien pero no si se abusa de ellos. Y lo que ahora demanda la ciudadanía, los mercados, inversores, periodistas… el mundo en general, es que se hable claro, que se digan las cosas tal como son, sin tapujos. Lo que ahora quiere la gente es que la política no engañe sino que diga la verdad, por muy dura que sea.

Es ahí donde la comunicación puede fallar. Los políticos no soportan pasar a la historia por algo negativo. Imagino que nadie quiere que se le recuerde como el ‘presidente del rescate’. Y prefiere, como es lógico, pasar a la historia como el político que sacó a España de la brutal crisis que nos azota. Pero la realidad es la que es, al menos de momento.

Agobiados por “el esfuerzo” que nos exige el Gobierno, los españoles queremos explicaciones claras de la situación en la que estamos inmersos y de cómo se ha llegado hasta donde estamos y cómo vamos a salir de esta. Hartos de oír hablar de corrupción, bonus millonarios y rescates o créditos, como prefieran, multimillonarios, los ciudadanos queremos soluciones y que nos las expliquen de forma clara y sencilla. En definitiva, TRANSPARENCIA, no eufemismos exagerados.

¿El modelo a seguir? Es difícil de definir. Un pueblo de Madrid ha creado el suyo propio. No sé si será mejor o peor pero, según algunos vecinos, el pueblo funciona mejor y se han quitado de encima lo superfluo de la política, que, por si a alguno se le ha olvidado, no debe ser otra cosa que un ejercicio de servicio público, al ciudadano. La localidad en cuestión es Torrelodones, gobernada por el partido, más gestor que político, Vecinos por Torrelodones, y que, curiosamente, uno de sus fundadores es un ex diputado y fundador del Partido Popular: Manuel Milián Mestre, un hombre que afirma que se desvinculó de la política por su lealtad a unas ideas y porque no estaba dispuesto a sacrificarlas por unos “intereses”, y “los partidos políticos han degenerado porque se mueven por intereses”. Así lo expuso Milián Mestre en el programa Salvados de La Sexta.

Una vecina del pueblo dice durante el programa que ‘Vecinos’ ha acercado la política al ciudadano y la ha despojado de eufemismos: “El lenguaje es más normal… Un problema es un problema y no es una hoja de ruta, una solución es una solución y no es un acuerdo en una Junta de Gobierno… cada cosa con su nombre”, afirma.

Pues eso, cada cosa por su nombre o sin abusar del disfraz lingüístico, más aún en la coyuntura actual. Porque en materia de Comunicación, sea esta empresarial o política, abusar de los eufemismos se vuelve en contra de uno mismo y hay que ponerle un límite. Los empresarios también abusan a veces de usar términos poco comprensibles, intentando enmascarar la realidad, sin conseguirlo, y generando el efecto contrario: la desconfianza. Estamos en tiempos difíciles, pero también son tiempos de comunicación, de transparencia, porque la sociedad, los clientes, los trabajadores así lo exigen. Eso si, llamando a las cosas por su nombre y afrontando la dura realidad con sinceridad. Hablemos más y hablemos claro, seguro que seremos más eficaces.

Juan Francés es es Consultor senior de ESTUDIO DE COMUNICACIÓN

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