El proyecto de construcción del Corredor Mediterráneo, que avanza con lentitud y al que le quedan todavía varias etapas para ser operativo, es casi la única baza que las empresas españolas constructoras de infraestructuras tienen sobre la mesa en estos momentos en territorio nacional. Las obras fueron ratificadas por la comisión de Transporte y Turismo del Parlamento Europeo en diciembre 2012 como una de las prioridades para Europa en materia de infraestructuras para el periodo 2014-2020.

Con este respaldo, que se une a compromisos anteriores, el plan cuenta con el 40% de la financiación de la inversión asegurada- vía Europa-, pero la austeridad de los presupuestos del estado no hacen prever que todo el dinero restante para completar la primera parte del programa se logre a través de la financiación pública. Y, aunque una parte sustantiva deberá ser aportada por el Estado, el sector a través de la patronal Seopan explora otros medios de financiación que tampoco son los bancos tradicionales, y que van desde fondos de infraestructuras, los bancos de inversión a las compañías de seguros. Es el camino que creen más idóneo, ya que son proyectos que puedan ser atractivos para entidades que busquen rentabilidades aseguradas por los operadores de las infraestructuras a muy largo plazo.

El Corredor del Mediterráneo es un proyecto que consiste en la instalación de un tercer carril con vía s de ancho europeo en a lo largo del Mediterráneo desde la frontera francesa hasta Murcia, por el momento. Contempla además compatibilizar los tráficos de trenes de cercanías y regionales de ancho ibérico, que seguirán funcionando, y los de mercancías que adoptarán el ancho internacional.

Aunque este plan ha contado con varias versiones y se han llegado a cuantificar las inversiones en más de 50.000 millones de euros, la elección de uno de los modelos más «modestos» no resta importancia a una obra que además tiene el objetivo de elevar el tráfico de mercancías entre diversas localidades portuarías y con peso en la exportación , reduciendo el transporte por carretera. También es compatible con un desarrollo ulterior hacia metas más ambiciosas.

La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha anunciado licitaciones durante el primer trimestre de este año, así como el como un presupuesto de inversión de 1.400 millones de euros, que se unirán a los casi 2.000 millones ya invertidos. En 2015 se habrán ultimado las obras de esta línea a la altura de Valencia y Castellón, y ya en 2016 en el Corredor a su paso por Alicante. El Gobierno solicitará financiación comunitaria para costear el proyecto que, por lo tanto, se presentará tanto a los fondos comunitarios de 2013 como de 2014. También se demandará financiación al Banco Europeo de Inversiones (BEI).

La ministra de Fomento ha destacado que el proyecto del Corredor Mediterráneo es el «mejor ejemplo» de que España «tiene futuro y oportunidades» y que el Plan de Infraestructuras del Ministerio de Fomento contempla este proyecto como «el más importante para la competitividad española».