Está muy rico pero tiene un problema; el exceso de marianitos hace decir un montón de tonterías y, tras algún marianito de más, llega la exaltación de la amistad, y si seguimos bebiendo, pueden pasar dos cosas, que riamos o lloremos.
Y para terminar debemos de encontrar a algún buen samaritano que nos lleve a casa mientras balbuceamos canciones imposibles y contamos batallas ininteligibles e increibles, de esas que los políticos nos cuelan a la perfección.
Eso sí, a la mañana siguiente el dolor de cabeza es insoportable, y el mal cuerpo no le deja a uno ni pensar.
Pues resulta que ya no hace falta beber alcohol para que a uno le entren todos estos síntomas, basta con ver la tele, leer un periódico u oír la radio. Y esto se debe a la nueva fórmula del marianito.
El marianito moderno consiste en mezclar a partes iguales hipocresía, desfachatez, dinero negro, reírse del prójimo y un poquito de paisano machacado.
Lo mejor de este marianito es que nunca hace mal al que lo elabora; sólo produce efectos secundarios, los anteriormente descritos, en el que se lo hacen beber obligatoriamente.
Llevo unos días a dieta de marianitos, de los unos para olvidar y de los otros para indignar y, la verdad, ya me duele hasta el alma.
Tras oír la explicación de que el dolor del alma se va a pasar haciendo una auditoría interna y otra externa, he explotado y me ha salido un chorreo de insultos y canciones antiguas con nuevas letras que, gracias a dios, no había nadie delante para oírlas, porque si no me denuncian seguro, aunque con eso de las tasas ahora te denuncian menos.
¡Pero vamos a ver! ¡Que no somos tontos! Que todos sabemos que el dinero negro no va a aparecer en ninguna auditoría. En el plan contable aún no existe la cuenta “ingresos en B” ni la cuenta “pagos en B”.
¿Y una auditoría externa? ¿A quién se la vais a adjudicar? ¿Al que ya os auditó? ¿A alguno que le hicisteis ministro? ¿A algún amigo de Bárcenas? ¿A que no tenéis lo que hay que tener para dársela a un independiente? ¿A que no tenéis narices de dejar al pueblo hacer la auditoria? Todos sois una banda de personajes con parche en el ojo y pata de palo y, cuando digo todos, es TODOS. Bueno, alguno habrá que se salve, pero aún está por descubrir quién es.
Mirad, ya no estoy para bromas, así que hacedme el favor de dejarme tranquilo; yo sólo quiero que la situación mejore, que tengamos algún dinerillo en el bolsillo, que pueda tomarme uno marianitos de los buenos, una ración de calamares y unos cuantos pinchitos, y que mientras vamos de bar en bar, hablemos del tiempo, de fútbol, de las mujeres estupendas que nos rodean, de los magníficos hombres que les acompañan, de las cosas mundanas, en fin, de lo que se ha hablado toda la vida entre amigos, eso sí, dependiendo de la edad y confesión.
Dejadlo ya y poneros a trabajar en serio; ya os aclaro yo desde aquí, para que el camino sea más corto, que trabajar en política no es sinónimo de robar, que el dinero B no es de bonito, es de bandolero, que la crisis no es únicamente lo que les da a los novios despechados, es la falta de trabajo y de ideas para solucionarlo. Os comunico que todos queremos vivir tranquilos, que ya hemos aprendido que los delirios de grandeza son malos y que a partir de ahora nos conformaremos con menos que antes pero un poco más que en la actualidad. Nosotros ya lo sabemos, lo hemos asimilado y lo ponemos en práctica. ¿Por qué vosotros los políticos os empeñáis en machacarnos? ¿Por qué os empeñáis en humillarnos? ¡¡¡Vaya panorama!!!
Una curiosidad: leo en la prensa que el Bárcenas éste y otro ex secretario del PP tienen una inmensa hacienda en Argentina, de nombre La Moraleja, donde cultivan de todo. ¿Saben ustedes que Bárcenas en heráldica significa “campos cultivados”? Si es que la vida es maravillosa. ¿Quién va a culpar ahora a este hombre? ¡Lo que ha tenido que robar y sufrir el pobrecito por honrar el apellido! ¡La culpa es del apellido!
En fin, que de un campo cultivado o de un huerto bien mojado por las nieves y lluvias de estos días nacerán, sin trampa ni cartón, los ingredientes para elaborar este plato, que nos hará entrar en calor y matar los maléficos efluvios de los marianitos.
Alubias blancas o verdinas con trigueros, berzas y patatitas
INGREDIENTES:
500 gr. de verdinas o judías blancas.
1 cebolla.
Aceite de oliva.
Sal y agua.
200 gr. de patatitas.
Manojo de espárragos trigueros.
1 berza
3 dientes de ajo.
2 Dl. de aceite de oliva y sal.
PREPARACIÓN:
Limpiar las verdinas o judías blancas y dejar en remojo la noche anterior.
Ponerlas al fuego con la cebolla y el aceite de oliva.
Cocer a fuego suave durante una hora.
Veinte minutos antes de terminar la cocción incorporar las patatitas nuevas.
Picar la berza en juliana, retirándole el corazón, lavar y cocer unos veinte minutos en un cazo aparte.
Hacer un refrito con los ajos fileteados y el aceite y regar la berza una vez escurrida. Cortar los trigueros en pedacitos de dos centímetros y saltearlos en aceite de oliva. Incorporamos la berza rehogada y los trigueros salteados al guiso de verdinas y cocemos todo durante 5 minutos. Probamos, rectificamos de sal si es necesario y… ¡A comer!
¡¡¡Buen provecho!!!
PDT. ¿JUDIAS O ALUBIAS? ¿VAINAS O JUDIAS? De estas cosas hay que discutir en el vermouth, no de política.
Patricio Sesma Granell es director de Bokado Madrid
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