Con los datos actuales sobre la evolución de sus activos de exploración y desarrollo de gas y petróleo y las inversiones previstas en el área, la producción y reservas de hidrocarburos de Repsol sobrepasarán los objetivos de su plan estratégico 2012-2016. Crecer en esta actividad es la principal base de ese programa -al que dedica 2.900 millones de euros-, así como hacer de ella el motor de expansión del grupo y de los resultados. En el plan establece que «la producción crecerá a una tasa anual media del 7%, para alcanzar en 2016 los 500.000 barriles de petróleo equivalente al día y con una tasa de remplazo de reservas que superará el 120% para el período».

Ahora, los datos presentados por el grupo que preside Antonio Brufau a la CNMV con motivo del Exploration Day señalan que ha cerrado 2012 con una tasa de reemplazo de reservas de hidrocarburos de alrededor del 170%, lo que supone un aumento de ocho puntos respecto a 2011. El índice de reemplazo de una petrolera refleja la relación entre el petróleo que produce y las reservas que incorpora, por lo que indica las posibilidades futuras de extracción y suministro. El porcentaje actual duplica el índice de reposición registrado en 2008, cuando Repsol añadía reservas a un ritmo equivalente al 80% de las utilizadas.

En conjunto Respol sumaba reservas por más de 1.700 millones de barriles a finales de septiembre del año pasado, frente a los 1.509 millones de barriles de un año antes, en el que se produjo un descenso frente a los 1.581 millones de barriles de 2010.

Estos datos si se comparan con los activos que tenía Repsol, sin incluir YPF, muestran que, aunque el efecto de la expropiación no se ha superado, las fuertes inversiones en ese área -que ya era la idea central del anterior plan estratégico defendido por Brufau frente a algunos accionistas- la dan un perfil creciente en esta actividad con presencia alrededor del mundo. Una cifra muy elocuente: en 2007, sin YPF, contaba únicamente con 437 millones de barriles de reservas.

En el plan presentado el grupo reitera que las inversiones en exploración se realizarán con rigurosos criterios de selección, aplicando toda su capacidad operativa y atentos a cualquier oportunidad que pueda surgir. Aunque el grupo fija sus áreas más relevantes, el foco se extiende prácticamente a todo el mundo.

Estados Unidos, Rusia, Brasil y Canadá son algunas de las zonas prioritarias, pero tiene además identificados varios posibles proyectos en África, desde Angola, Sierra Leona a Marruecos, así como en el Mar del Norte, el Mediterráneo y el Mar Negro. Y Libia, que ya es una de los países que más ha aportado en los últimos trimestres, recuperará este año la plena actividad. Otros puntos de atención son Omán, Irak y Kurdistan.

Con objetivos más cercanos, la compañía presidida prevé regresar este año a su velocidad de crucero el el área de upstream y desarrollar una fuerte actividad de offshore –que es además en general una de sus grandes fortalezas del futuro- en Brasil, Estados Unidos, Noruega y Canadá. En total, perforará 32 pozos, aunque puede alcanzar los 40 e investigará recursos con capacidad de hasta 6.000 millones de barriles.

En un reciente informe de la firma especializada Raymond James se indica que los objetivos del plan estratégico de Repsol en upstream son ambiciosos y que incluso su potencial es mayor a partir de 2016 sobre bases como sus activos en Brasil, que podría añadir una producción de 150.000 barriles al día a partir de 2017 a los ya existentes en ese año y en esa área.