Nada tan contraindicado para afrontar un drama social como la frivolidad política ya sea consciente o no. Con el récord histórico de paro a modo de logro más rotundo de una gestión, en la frontera inadmisible de los seis millones de desempleados, tonterías las justas y mentiras ninguna más. Que no digo que el Gobierno no vaya a persistir en el engaño, que lo hará, sino que ya ha habido tiempo más que suficiente para dar por caducada la herencia recibida. A ver si ese ‘cada palo que aguante su vela’ del que Cospedal ha hecho bandera para referirse a los corruptos es extrapolable también al manejo de la cosa pública. Por mucho que la ministra del ramo, que se decía antes, se solapara el día de autos, el de la publicación de la EPA 2012, para salir radiante un día antes a explicar la prórroga de 400 euros a los parados al final se vio obligada a calibrar el desastre. En qué hora lo hizo.

Sorprende sobremanera que alguien con una fe tan rocosa como para pedir el auxilio de la Virgen del Rocío en el objetivo de rebajar el paro falte a la verdad con tanto desparpajo ¿Ha dejado de ser pecado? Y lo más flagrante es que lo hace con sus propios datos que ya es rizar el rizo del más flagrante desahogo. Cuando Báñez dice ahora que el Gobierno ya lo avisó hace gala de esa desmemoria que, casualmente, se ha instalado en el Ejecutivo. Su presidente no se acuerda de cuándo habló con Bárcenas la última vez ni doña Fátima de que el propio cuadro macroeconómico, que se entiende que no fue elaborado por un ‘topo’ socialista, preveía 5.671.000 parados, que ya es barbaridad, y el año se ha cerrado con casi 300.000 más. No contenta con esa mentira estructural el aderezo de los tan traídos y llevados frutos de la reforma laboral no consigue más que convertirse en un agravante que crispa más que alivia.

A las hemerotecas pongo por testigo. Así, el 9 de febrero de 2012, a punto de cumplir su primer aniversario, la titular de Trabajo (o del poco que queda) se despachaba con la profecía de que la reforma laboral no sólo crearía empleo sino que sería estable y de calidad. Pues bien, con nueve meses de vigencia el saldo refrenda estos augurios de tal manera que en ese periodo hay 475.000 empleos menos ¿Lo avisó el Gobierno? ¿Cuándo y cómo? ¿Tampoco recuerda el atrezzo de la cola del Inem ante la que posó el entonces candidato y hoy presidente del Gobierno? Su compromiso no dejaba lugar a dudas: cuando yo gobierno bajará el paro ¿De qué avisaron concretamente?

Es tal el cúmulo de falsedades y omisiones que el mismo para juvenil que escandaliza a la propia Merkel es visto por Báñez con esos ojos que le permiten pasear por ese país multicolor que sólo deben conocer la abeja Maya y ella misma ¿Cómo se puede presumir de que haya bajado en 40.000? ¿Y los que se van porque no tienen ningún futuro? ¿No se da cuenta de que si emigran habrá un momento en que no habremos acabado con el paro juvenil sino con la propia juventud? De hecho hay generaciones ya condenadas que ni se merecen ese brutal castigo ni las patrañas bajo las que se quiere esconder. En suma, no se merecen tener una ministra como usted. Nosotros tampoco.