La fortaleza del euro se demuestra no sólo por su cotización frente al dólar. Frente al yen japonés está en máximos desde abril de 2010 y su apreciación frente a la libra esterlina ha sido más de significativa en los últimos meses.

En los primeros compases de la sesión de hoy, el euro se cambió a 1,3516 dólares, frente a un cierre ayer de 1,3488 unidades.

El euro se depreció significativamente cuando arreció la crisis de deuda periférica en la Unión Europa, al calor de rumores y estudios que avalaban desde la desaparición de la moneda única, hasta escenarios tan dispares como la creación de un euro bueno y otro malo o la expulsión de Grecia de la moneda europea.

Cuando Mario Draghi tomó posesión de la presidencia del Banco Central Europeo manifestó que su primer trabajo sería convencer a todos de que el euro es irrevocable y tomó medidas en este sentido que, por su resultado ahora, el mercado ha interpretado como efectivas.

Entre las medidas destaca el compromiso de compra de deuda por parte del BCE de los países que precisen un rescate, la creación del MEDE e incluso el rescate del sector bancario español.

Sin embargo, el fortalecimiento del euro tiene la cara adversa de la moneda en una mayor dificultad para la venta de productos fabricados en la Eurozona en los mercados exteriores, con especial influencia en la potente industria exportadora alemana.

Ángela Merkel se ha quejado recientemente por este fortalecimiento del euro y diversos analistas apuntaron hace ya mucho tiempo que en la salida de la crisis se ha producido una auténtica guerra monetaria a la baja, con la Fed haciendo que el valor del dólar bajara lo máximo posible, el Banco de Japón manteniendo su política de yen debilitado y rodo a costa de una Unión Europa que, una vez más, no supo enfrentarse a la realidad del problema.

La alerta lanzada ahora por Merkel hace suponer que en la Eurozona sí están atentos a la revalorización del euro y que intentarán que la moneda europea sea de nuevo el damnificado de la guerra, porque eso supone que será la economía europea la que se resienta de nuevo.