No se trataba de eso pero bien está que el presidente muestre su lado más humano. Ese espíritu de sacrificio que le llevó a renunciar como registrador de la propiedad a una vida holgada en pro del noble oficio del servicio público a través de la política. Conocida también su proverbial rectitud gracias a los apuntes psicológicos de la vicepresidenta sólo cabe preguntarse cómo, con esos mimbres tan ejemplares, aparecía en unos papeles tan sospechosos. Ese era el misterio todavía sin aclarar. Sin dudar de su honestidad, ni tampoco de la mía, la única diferencia que hallo es que mi humilde persona no ha figurado nunca ni en la lista de Del Bosque ni tampoco en la de Bárcenas. No tendría que albergar incertidumbres sobre su solemne y taxativo desmentido si no fuera porque si nada tiene que ocultar, y así lo ha reiterado, no se entiende ni poco ni nada que huya de las muchas preguntas que se quedan en el aire en las redacciones de los medios, los mercados o las tabernas.

Al menos convendrá que no es lo mismo engolar el tono para decir que todo es falso para que te aplauda la clá que hacerlo para que te pidan entrar en la letra pequeña. Por ejemplo, un suponer, explicar por qué si hay asientos contables reconocidos por quienes aparecen en ellos tenemos que dar por hecho que el resto son falsos ¿Se dedicó a ello el ex tesorero harto ya de los sudokus? Porque si algo ha quedado claro es que si nueve de cada diez dentistas aconsejan chicle sin azúcar, en el caso de los grafólogos ha habido pleno. La letra es de don Luis. Faltaría saber si la música es de la orquesta Gürtel o es coproducción, aunque, claro está, en su escueto discurso ni se ha nombrado al innombrable, como no podía ser menos, ni se ha aludido a trama alguna, ni a dádivas ni a regalos, ni a chanchullos sobrados y demostrados. Ha habido tiempo, eso sí, de arremeter contra el comportamiento del virulento Rubalcaba que, por lo visto, se ha cebado con este asunto. Una cosa loca.

Como única medida, desde ya se podrá consultar las declaraciones de la renta de don Mariano para comprobar si está el aspa en el casillero correspondiente a los ingresos procedentes de dinero negro. Igual al principio cuesta pero si se persevera igual se acaba encontrando mucho antes que las aclaraciones del PP. Por el momento su auditoria interna, encargada por el propio partido, arroja que todo está en perfecto orden a excepción de un poco de polvo en los archivadores. No deja de ser una sorpresa que para sí la quisiera un huevo Kinder. Todo lo contrario que la previsible reacción de Ana Mato quien niega saber nada de la financiación de bodas, bautizos y comuniones por parte de los acusados de Gürtel. Y habrá que confiar en ella pues sería incoherente y de muy mal gusto que la misma ministra que aconseja que nos cortemos con el Sintrom para ahorrar se hubiera pulido más de cuatro mil euros en confeti. Eso no puede ser y menos ahora que ya no tenemos nada que celebrar.