Sr. Presidente,

Voy a hacerle una confesión: muchos le votamos por desesperación no por convicción. Con independencia de los motivos que nos llevaron a depositar una papeleta con su nombre, los últimos acontecimientos están provocando en su formación una sangría masiva de votos. Comienzo con esta apreciación porque es lo único que les alarma: los votos perdidos, entre los que incluyo el mío.

Justo es reconocer que su partido acoge bajo idénticas siglas, tanto a personajes sin escrúpulos ni vergüenza alguna, como a militantes honradísimos que sufren asqueados y avergonzados por el lamentable espectáculo al que atónitos asistimos.

¿Qué les duele a los simpatizantes de un partido como el que usted preside? Intentaré explicárselo. A los ciudadanos nos sobrepasa que se llena la boca de proclamar transparencia mientras impide a la opinión pública plantearle preguntas. Transparencia y veto son contradictorios. Es decir, que sus palabras y su modo de actuar son discordantes. Mala cosa. Lo de considerarnos gobernados por un monitor de plasma tampoco ayuda.

Andamos inquietos porque en su gabinete pululan personajes incapaces de estar al tanto de las cuentas domésticas de su propia economía familiar. Ana Mato presumiendo de desconocer quién pagaba en casa demuestra una carencia de reflejos que la desacredita para dirigir un ministerio. Y lo más flagrante, si ya estaba tocada por una trama de corrupción épica ¿por qué usted la nombró ministra? ¿En España no contamos con otros candidatos igual o más cualificados y libres de suspicacias?

Nos pidió creer en Matas, en Camps, en Bárcenas… mientras ahora suplica por una confianza ciega en Mariano Rajoy. La política no es un acto de fe. Comprenda que con semejantes antecedentes deambulemos, cuanto menos, turbados.

Nos atormenta que en cualquier explicación suya referente a hechos gravísimos, contrarios a la Ley, se escude reiterativamente en conspiraciones, conjuras y confabulaciones de terceros. ¿Por qué no presenta pruebas reales, argumentos fehacientes, hechos verificados, declaraciones juradas, nombres y apellidos concretos? ¿Por qué evita demandas y querellas -civiles o penales- por parte de su partido? ¿Cómo es posible que Bárcenas esté campeando jubiloso?

Nos cabrea que nos mientan y usted lo está haciendo. Sistemáticamente. No le visualizo trincando, pero es cómplice -por sus silencios, por hacer la vista gorda, por anteponer intereses partidistas a generales- de la putrefacción interna de su organización. De todo el sistema. Rubalcaba también; cuando se den la próxima palmadita en la espalda por los pasillos del Congreso invítele a que se abstenga de dar lección alguna sobre ética y moralidad: la Oposición anda aún más deslegitimada que el Gobierno popular. Unos y otros hace tiempo que volatilizaron su credibilidad y hasta el respeto ajeno.

¿Con qué autoridad moral se exprime a los ciudadanos con sacrificios insoportables a la par que se aprueba amnistía fiscal para el dinero de procedencia delictiva? Han machacado a la sociedad hasta desmoralizarla.

En un arranque de osadía finalizaré con una sugerencia: corte cabezas. Muchas. Comenzando por la cúpula de su partido. Puede que sea injusto -posiblemente paguen justos por pecadores-, pero es necesario.  Escuche a la calle, refunde su formación desde los cimientos -que el de la bancada de enfrente también tome nota: seis de cada diez votos depositados al bipartidismo en las últimas citas electorales, han disminuido a tres de cada diez en las recientes encuestas de estos días-.  Los veteranos populares están más que amortizados. Con el plantel actual y bajo la sombra de la sospecha, complicado será para el PP ganar elecciones.

Y tras dejar su casa limpita, impoluta, niquelada, acometa una profunda reforma en la estructura del Estado y una regeneración democrática sin complejos ni medias tintas. Solo así las siglas que representa podrían contar con una oportunidad.

Usted sabrá. Nosotros, los votantes, a cada disgusto que nos regalan, a cada nueva noticia hedionda, a cada flamante escándalo, lo tenemos más claro.

Firmado: Carmela Díaz
Twitter: @CarmelaDf