Hay multitud de restaurantes en todas partes. De todo tipo de cocina. Con todo tipo de ambiente. Con música o sin ella. Elegantes o cutres. Vamos, que en las ciudades grandes suele haber de todo… por eso son interesantes iniciativas como ésta, por innovadoras y por diferentes. ¿Qué diría de comer en una casa particular, con unos desconocidos, con un menú cerrado y en una mesa disponible sólo una vez al mes? ¿a qué suena clandestino? Claro, por algo esta iniciativa se llama La Cocina Clandestina.
Esta aventura surgió hace casi un año: Anilú y Valeria, dos amigas y dos apasionadas de la cocina, decidieron embarcarse en esta aventura que no es sólo gastronómica: “A mi me gusta decir que ofrecemos una experiencia”, explica Anilú. “A mi siempre me gustó la cocina y siempre había tenido en mente el nombre de La Cocina Clandestina, no sabía muy bien para qué, si para un blog.. Entonces el año pasado mis amigos me regalaron el dominio y fue entonces cuando decidí que tenía que montar algo”, comenta.
Y ese algo es una cena para 6 personas como máximo, en el salón de su casa, una vez al mes, a través de una convocatoria que lanzan vía la home y por redes sociales. “Hacemos una fusión de comida peruana y japonesa, el menú es cerrado, e incluye un pisco sour, 3 entrantes, un plato de fondo, el postre y las pastitas que elaboramos para el café. Y el vino, porque maridamos también las cenas”, comenta.
Todo por 50 euros. La gente se va apuntando y se sortean las seis plazas. Y no se admite reservar la mesa completa. La cosa parece funcionar: “Es idóneo sobre todo para gente abierta, y con ganas de experimentar”, añade. Por algo el lema de la casa son tres C: Cocinar, Comer, Compartir.
Próxima cita para aventureros del sabor: 15 de febrero.
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