El primer papa dimisionario en 600 años planteaba a la Iglesia también un problema de tratamiento económico. Como Papa tiene todos sus gastos cubiertos y goza de un salario, pero no existe tradición de papa dimisionario y, por tanto, no hay precedente de qué hacer en estos casos.

¿Corresponde pagar una pensión? ¿Por qué concepto y de qué cuantía? Estas preguntas se hicieron en las finanzas de la curia y al final parece que se ha llegado al compromiso de tratar a Benedicto XVI como a los obispos jubilados desde el momento en el que se retire de sus funciones como Papa.

No obstante, la pensión no supondrá que el Papa dimisionario tenga que hacer frente a sus gastos de manutención o vestuario, que será asumidos por El Vaticano hasta que fallezca.

Posteriormente, en función de que su sucesor decida mantener la dignidad de Benedicto XVI como cardenal emérito, cuestión sobre la que tampoco hay precedentes pero es lo más probable, la cuantía de los emolumentos del actual Papa podrían verse aumentados sensiblemente.