Hoy me levanté guerrera. Qué se le va hacer. Hay días que el instinto salvaje que llevamos dentro se despereza pidiendo pelea, revoltoso, inquieto, voraz. Así que agarré la escopeta dispuesta a escupir metralla verbal. Ácida, incisiva, perversa. Mi objetivo matutino: una altruista entrañable que según declaraciones propias solucionó crisis españolas de calado. Lo que viene siendo una salvapatrias. ¡Hace falta valor!

Verborrea de una rubia docta en el arte de las cacerías de altos vuelos. No piensen mal, resulta que la blonda dama está ducha en satisfacer las exigentes necesidades cinegéticas de los más acaudalados y poderosos del planeta. Hasta aquí perfecto. Cada uno se gana la vida como puede. Si alguien ofrece servicios y otro paga por ellos, adelante con la transacción comercial. Faltaría más. La damisela se llama Corinna Larson y fue o es -no me incumbe- una de las amantes de nuestro Jefe de Estado. Sí, han leído bien: amante, querida, barragana, manceba… Llamemos a las cosas por su nombre, leñe, que el español es opulento en sinónimos.  ¿Por qué ese doble rasero en idénticas publicaciones, el mismo día, escribiendo sobre la examante de Pujol Jr., pero denominando amiga entrañable a la del Rey? Vaya por delante que la entrepierna del susodicho como la de cualquier otro en su más estricta intimidad me la trae al pairo. Todos somos mayorcitos, nadie está libre de tirar la primera piedra, pero las alcobas ajenas siempre me aburrieron. Mucho. Igual soy rarita, pero indagar sobre la fusión de libidos entre maromos de geriátrico y princesas postizas rebosantes de ácidos -hialurónico, botulínico, posiblemente ambos- me da pereza.

Sin embargo, cuando la organizadora de monterías Premium proclama ufana, sin rubor alguno, en portada dominical a todo color, que trabaja en asuntos delicados, confidenciales, clasificados, secretos, que afectan a la seguridad del Estado –¿¡¿mande?!?-, saltan las alarmas. ¿Debe una comisionista venida a más por relaciones personales intervenir en asuntos de trascendencia para la Nación? ¿Qué tipo de servicios? ¿En calidad de qué? ¿Qué cualificación atesora? ¿Quién los autorizó? ¿Están al tanto Gobierno y Ministerio de Exteriores, autoridades legítimas y competentes en política exterior? ¿Estos servicios guardaban relación con el dinero público? ¿Existe algún documento oficial que avale e informe de esos trabajos como es requisito? ¿Hay contrato público? Si la entrañable no se está tirando un farol se trata de un asunto grave. Sin pizca de gracia. Tampoco la tienen los viajes de Mrs. Larson a costa del erario público, su chófer, su secretaria, sus paseos por Zarzuela y el Pardo -en los cenáculos capitalinos era vox populi desde hace años-  o la movilización de los servicios de inteligencia por su presencia en suelo español.

Ese era el tipo de información que esperábamos de Pedro J. La exclusiva es de órdago. Felicitaciones por ello. Pero el tratamiento es más propio de prensa del colorín que de un diario español de referencia. Posado estilo top model y con exceso de frenada en el Photoshop. Idéntica a la posterior portada en publicación del couché. Mucho pasteleo y poca chicha informativa, evitando asuntos espinosos en boca de todos. Siendo El Mundo publicación versada en repartir estopa aderezada con canela fina a casi todo el que lo merece y caracterizándose su director por no dar puntada sin hilo, desconcierta la sutil puesta en escena. ¿Qué pensará la Reina de todo esto?

Como colofón a su interpretación estelar, Mrs. Larson se retrata aludiendo al hándicap que supone su condición de rubia en esto de la credibilidad -me lo pones a huevo querida, ¿conoces el tinte capilar?-, mientras presume de su implicación en materias de Estado. A lo mejor bajo otros muchos techos se desvelan asuntos gubernamentales, públicos, oficiales, ministeriales y partidistas. Y ni se nos ocurre airearlo a todo color para mayor gloria propia. Por lealtad.  Por discreción. Por dignidad.

Pero hay mujeres y mujeres. Siempre las hubo y siempre las habrá. Algunas honran la condición femenina hasta la extenuación. Otras, cada vez que abren la boca echan por tierra el esfuerzo, trabajo, sacrificio, talento y la valía de las que deberían ser ejemplo entre las féminas contemporáneas. Corinna ¿por qué no te callas?

Twitter: @CarmelaDf