Los mejores datos en los resultados de Repsol de 2012 provienen del área de upstream (exploración y producción de hidrocarburos), que fue el objetivo prioritario del anterior plan estratégico y también lo es del vigente en la actualidad. La producción creció un 11%, con significativos incrementos en Bolivia, Libia, Estados Unidos, España y Rusia; esta división aporta ya más más de la mitad del resultado operativo del grupo al alcanzar los  2.208 millones de euros, un 56,3% más que en el ejercicio anterior.

Y hay más datos que auguran que en el futuro seguirá siendo el motor del grupo: las inversiones de explotación en upstream ascendieron a 2.423 millones de euros, un 34% superiores a las del ejercicio 2011. Y quizá la cifra más positiva la aporta la tasa de reposición de las reservas (la diferencia entre el crudo extraído y el que se suma desde los proyectos) que ha alcanzado el 204%. Durante 2012, la cartera de activos del grupo se incrementó con 68 nuevos bloques en Estados Unidos, Angola, Aruba, Australia, Bulgaria, Rumanía y Namibia.

Por el contrario, downstream (refino, química, marketing y GLP) presenta un recorte del resultado de explotación del 14,3%, hasta los 1.013 millones. La caída de la demanda es el factor principal de esta evolución, que no puedo ser paliada en sus totalidad por la mejora de los márgenes de refino. Pero la compañía se muestra satisfecha del efecto de las ampliaciones de las refinerías de Cartagena y Bilbao, que han servido también para compensar los efectos negativos de las menores ventas en la red de estaciones de servicio.

Con estos factores y con el impacto en los últimos nueve meses del año de la expropiación de YPF, el grupo que preside Antonio Brufau ha logrado superar los 2.000 millones de euros de beneficios, con una caída del 6,1% por el efecto de los inventarios. Sin él, habría ganado un 5,4% más. El resultado de explotación (Ebitda) se elevó a 6.956 millones, con un alza del 26%.

El consejo de administración de Repsol acordó ayer proponer a la junta de accionistas el mantenimiento de su programa de dividendo flexible (scrip dividend), por el que los accionistas pueden eligen entre la retribución en acciones o en efectivo. La compañía propone el pago de un dividendo complementario de 0,50 euros por cada acción.

Aunque los datos más significativos respecto a la reducción de deuda se han producido al cierre del ejercicio con la venta de los activos de GNL a Shell, la petrolera destaca que cuenta con una liquidez de 9.000 millones de euros, cifra que triplica  los vencimientos de su deuda a corto plazo.