¿Puede no ser noticia que un banco pierda 19.193 millones de euros, la mayor cantidad registrada en la historia de España? Sí, porque eso se conoce desde mayo, cuando aterrizó en Bankia y en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA) José Ignacio Goirigolzarri para sustituir a Rodrigo Rato. En su primera presentación de resultados anuales, Goirigolzarri lanza, “desde el realismo”, un rotundo mensaje de confianza en el futuro de Bankia. No sólo es “la única entidad que puede devolver las ayudas públicas” (18.000 millones de euros, ya que 6.500 millones de los 24.500 millones de necesidades de capital serán aportados por titulares de deuda subordinada y preferentes). Y subraya que “cuando se vende un banco con ayudas a otro, éstas no se recuperan”, en una clara alusión a las adjudicaciones de entidades con problemas realizadas hasta ahora. Es que Goirigolzarri se compromete a que Bankia “no sólo devolverá las ayudas, sino que hará rentable las inversión realizada por el contribuyente” y otros accionistas del grupo.

“Tenemos la obligación de rentabilizar la inversión realizada en Bankia”, insiste su presidente. Goirigolzarri quiere ofrecer “antes del final del plan estratégico en 2015, si es en 2014, mejor” al Estado “distintas alternativas reales” para poner en valor la inversión que ha tenido que realizar en Bankia. Aunque deja muy claro que la opción que más le gusta es la progresiva venta de participaciones del Frob en Bankia a través de la Bolsa antes de 2015.

El primer paso para ello es volver a los beneficios: 800 millones este año, 1.100 millones en 2014 y 1.200 millones en 2015, según el plan estratégico. En 2012, el resultado de la actividad de explotación antes de provisiones o margen neto recurrente es de 1.826 millones, el 19,4% más que en 2011, por lo que los analistas consultados coinciden en calificar de “creíble y factible” esa previsión de beneficios de Bankia para este año.

Goirigolzarri insiste en que Bankia es ahora “una entidad sólida, solvente y líquida” y que el reto está “en hacerla además rentable”. Mantiene el objetivo de alcanzar una rentabilidad sobre recursos propios (ROE) superior al 10% en 2015. “Es nuestro compromiso”, enfatiza.

 

Sin sorpresas

Para garantizar esa rentabilidad, lo primero es que no haya sorpresas. José Sevilla, director general financiero de Bankia, subraya el “análisis concienzudo, crédito a crédito”, por lo que descarta disgustos por esa vía. Sí espera un aumento “moderado” de la morosidad (13% en 2012, con una cobertura del 61,8%). El crédito promotor, el más problemático en estos momentos, baja del 17,2% de la cartera en 2011 al 3,3% en 2012 tras el traspaso de activos ‘tóxicos’ a la Sareb, cuando en los bancos comparables (Santander España, BBVA España, Caixabank, Popular y Sabadell) es el 11,1%. Y más del 70% de los activos inmobiliarios en balance corresponde a vivienda terminada.

Sevilla enseña cartas estratégicas que va a jugar Bankia este año: más peso de las empresas, sobre todo de pymes, en la cartera de créditos. Más del 80% del nuevo crédito concedido en 2012 ha sido a empresas y pymes. También, profundizar en la mejora del gap comercial (la parte del crédito no financiada por depósitos), que ha sido de 47,5 puntos en 2012, hasta el 33,3%; y en la ratio LTD (crédito sobre depósitos) pese a que ha bajado 15,9 puntos, hasta el 120,4%.

Sevilla también destaca la liquidez (39.700 millones en Bankia, 40.300 millones en BFA), que cubre todos los vencimientos de financiación mayorista hasta 2019. Si se incluye la generación orgánica de liquidez prevista hasta 2015, se cubre “holgadamente” el total de los vencimientos del grupo.

 

Centrarse en la reestructuración

Por su parte, Goirigolzarri subraya que este año hay que “centrarse en la reestructuración, concentrar todos los esfuerzos en eliminar la incertidumbre”. Destaca “el valor intangible de la paz laboral” a la hora de afrontar ese ajuste. Esto se traduce en acelerar la reordenación de la red de sucursales para hacerla “en el menor tiempo posible” y para aprovechar el carácter nacional de la entidad.

Para ello, se ha optado por el criterio territorial, empezando por la Comunidad de Madrid y por la Valenciana, zonas que acaparan dos tercios del negocio de Bankia. Y con la fecha tope del 31 de mayo. Las 1.200 oficinas del grupo que queden allí deberán tener entonces “el negocio estabilizado”. El resto de la reestructuración se hará entre el segundo semestre y los dos primeros meses de 2014.

Reordenación, pero también modernización. Bankia aprovechará la implantación de la marca única en el grupo (todavía se mantienen las de las siete cajas fundadoras) para renovar las sucursales y, sobre todo, los cajeros automáticos, “algunos, obsoletos”, con una inversión superior a los 75 millones.

“Hay músculo para imprimir más velocidad a la reducción de costes y para mejorar la eficiencia”, señala el presidente de Bankia (los costes suponen el 55,7% de los ingresos en 2012”

Además de insistir en el crédito a pymes, Goirigolzarri cree que la pérdida de clientes y de cuota de mercado entre mayo y octubre de 2012 ya se ha contenido, con una atracción de nuevos usuarios “a niveles de marzo”. Los depósitos se han estabilizado en el cuarto trimestre, tras perder más de 14.150 millones en 2012. “Debemos transmitir que las circunstancias han cambiado radicalmente en Bankia desde mayo, la transformación real del grupo, que hoy nadie puede tener dudas sobre la solvencia de Bankia, que no es inferior a la de cualquier otro banco de España, que merecemos la confianza de los clientes, los actuales y los potenciales”, insiste.

Desde el punto de vista comercial, para captar ahorro nuevo y recuperar clientes, Bankia pondrá el acento en los fondos de inversión y en otros productos más adecuados al escenario de bajos tipos de interés y de fin de la guerra del pasivo, y aprovechar el nivel de liquidez existente.