En un momento en que el mercado de origen, España, no abunda precisamente en buenas noticias y el grupo afronta la absorción de Banesto y de Banif con una oferta de prejubilaciones para los empleados mayores de 58 años (55 años, para los que trabajan en Madrid) con el 70% del sueldo, llegan en cambio muy buenas vibraciones desde Brasil. Nada menos que del principal mercado para el grupo, ya que en Brasil se ha generado el 26% de todo el beneficio de 2012, frente al 15% de España.

El Banco Central de Brasil ha aprovechado el proceso de implementación de Basilea III para aprobar normas que permitirán a los bancos convertir créditos fiscales en capital y parte de su deuda en valores (“letras financieras”) durante momentos de tensiones financieras. El Santander es el único banco español que está implantado en Brasil, tras abandonar el BBVA ese mercado hace ya varios años. Y es ya el tercer grupo bancario de Brasil.

La medida, que se enmarca en el plan del Gobierno que preside Dilma Rousseff para estimular la economía y las inversiones de cara al Mundial de fútbol de 2014 y a las Olimpiadas de 2016. Su principal objetivo es flexibilizar las exigencias de capital para que los bancos concedan más créditos.

El Banco Central y el Ministerio de Hacienda brasileños coinciden en que la banca que opera en el país tiene suficiente capital para afrontar cualquier situación a lo largo de, al menos, los dos próximos años. También subrayan que el coste para las arcas públicas de permitir el uso de activos fiscales diferidos como capital es prácticamente nulo.

A los bancos se les permitirá usar créditos fiscales como fondos que se contabilicen como capital ante una situación de tensión financiera que provoque pérdidas o riesgo de quiebra. Actualmente, existen más de 110.000 millones de reales (55.500 millones de dólares) en créditos fiscales en los balances de los bancos que operan en Brasil, de los que las instituciones están autorizadas a usar no más de 60.000 millones de reales como capital en una situación de crisis.

La medida beneficia más a las entidades públicas (el mayor grupo del país, el Banco do Brasil, es del Estado) que a las privadas, ya que disminuirá sustancialmente su necesidad de nuevos recursos propios.

 

Medidas de reactivación

La banca que opera en Brasil se enfrentan a una economía que crece cada año menos (0,9% en 2012), a un deterioro de la calidad de los activos por esa menor actividad económica y a un empeoramiento de los márgenes por los bajos tipos de interés. En este contexto, Basilea III, cuya implementación debe producirse entre 2014 y 2018, va a exigir de los bancos mayores esfuerzos de capital.

El Banco Central de Brasil ha optado por un incremento “de forma gradual” de la ratio de capital regulatorio mínimo desde el 8% de los activos ponderados pro riesgo actual a una horquilla que va desde el 10,5% y el 13%.

Los expertos del supervisor consideran que ningún banco necesitará captar capital entre 2013 y 2015. Y “sólo algunos” requerirán inyecciones de recursos propios a partir de 2017.

El presidente del Santander Brasil, Marcial Portela, aplaude la norma aprobada por el Banco Central, la interpreta como una señal para los agentes económicos de «la determinación» del supervisor en la defensa de la solidez y seguridad del sistema financiero, y «de esa forma contribuye directamente para la agenda de crecimiento económico y de expansión del crédito en Brasil«.

El Santander «tiene una situación privilegiada en términos de capitalización, y seguirá apoyando el desarrollo” de la economía brasileña.