El Banco de España exige que las fusiones virtuales se hagan reales

10/03/2013

Miguel Ángel Valero. Esta ‘recomendación’ provoca tensiones entre las cajas rurales que forman parte del Grupo Cooperativo Ibérico e interferencias políticas de la Junta de Extremadura

Al Banco de España nunca le gustaron las fusiones virtuales, o ‘frías’, como también se las denomina. ‘Tragó’ con ellas y con los sistemas institucionales de protección (SIP) para sortear las resistencias de los Gobiernos autonómicos a las fusiones entre cajas de ahorros de diferentes regiones. Pero, en cuanto pudo, obligó a que evolucionaran hacia fusiones reales, con integración de balances y órganos de gobierno diferenciados, aunque se mantuvieran las marcas y la personalidad jurídica de las entidades participantes. Una vez que ya ha culminado el proceso de traspaso del negocio financiero de las cajas de ahorros a bancos instrumentales, el supervisor quiere que las fusiones virtuales de las cajas rurales se transformen en reales.

El argumento del supervisor para que se avance en ese proceso de concentración es “evitar riesgos futuros”. En la actualidad, hay tres grupos “consolidables”, en la jerga que prefiere la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (Unacc) para referirse a las fusiones virtuales: Cajas Rurales Unidas, que ha unido el Grupo Coooperativo Cajamar (impulsado por la entidad almeriense, la primera del sector, y formado por nueve entidades) con Cajas Rurales del Mediterráneo (creado por la valenciana Ruralcaja y 16 entidades más) y dos más que se unieron después (Vila-real y Sant Vicent Ferrer de la Vall d’Uixó); el Grupo Ibérico (formado por las rurales del Sur, Extremadura y Córdoba); y el Grupo Solventia (integrado por las rurales de Almendralejo, Utrera, Baena, Cañete de las Torres, Adamuz y Nueva Carteya).

Otras tres fusiones en el sector han sido reales: Globalcaja (Albacete, Cuenca, Ciudad Real y La Roda), en Castilla La Mancha; Bantierra (Cajalón y Multicaja), en Aragón; Caja Viva (Burgos, Segovia, Cajacega y la ilerdense Sant Fortunat) en Castilla y León.

La ‘recomendación’ del Banco de España no afecta tanto a Cajas Rurales Unidas, donde Cajamar lleva claramente las riendas hasta el punto de que más que de fusiones se puede hablar de absorciones, y tiene un volumen de activos (unos 52.600 millones de euros) que suponen prácticamente la mitad del sector. Implica, sobre todo, a las otras dos fusiones virtuales o grupos consolidables. Y al resto de las entidades, unas 35, que no han participado todavía en este proceso de concentración, y que deben tener muy claro que se incorporan a éste es para asumir fusiones reales, de verdad.

 

El Grupo Ibérico da el primer paso

Tras un año y medio de fusión virtual a través de un SIP, el Grupo Cooperativo Ibérico, creado en junio de 2011, ha dado el primer paso, al menos ha sido el primero en hacer público que está estudiando cómo avanzar en su integración, “siguiendo las recomendaciones que a los representantes de las tres cajas rurales que lo conforman le han sido trasmitidas desde el Banco de España, en línea con el diseño que en los últimos meses se viene ya produciendo en el sistema financiero”. “Los consejos rectores de las tres rurales recibieron del Banco de España la recomendación de avanzar en un proceso de fusión para evitar riesgos futuros”, insisten en el grupo. En la sevillana Rural del Sur, que impulsó esta fusión virtual, tienen muy claro que la integración efectiva es “un proceso natural en el que acaban los SIP”.

Pero también que todo se encuentra en una fase muy preliminar, de estudios, sin que se haya tomado decisión alguna. «Si los consejos de administración deciden que sigamos para adelante, una vez que se vea la viabilidad, lo haremos«, subrayan en el Grupo Cooperativo Ibérico.

El problema es que el inicio de esos estudios para una fusión real ha sido interpretado en la Junta de Extremadura como una maniobra para que la Rural del Sur absorba a la Rural de Extremadura. La vicepresidenta de la Junta de Extremadura, Cristina Teniente, afirmó públicamente que la Rural del Sur tiene la intención de absorber a la de Extremadura, “un atropello sin precedentes” contra el que luchará con “acciones legales y judiciales”.

La intervención del Gobierno autonómico ha coincidido con el relevo en la presidencia de la Rural de Extremadura, con Román Prieto al frente. Éste cuenta con el apoyo de la Junta.  Su presidente, José Antonio Monago, le recuerda que “el deseo de todos los extremeños es que no se pierda la esencia ni la presencia” de la caja rural.

Izquierda Unida, que tiene la llave para que el PP gobierne en Extremadura, condiciona su apoyo a Román Prieto a que mantenga la identidad y los órganos de decisión de la caja rural en la comunidad autónoma. En la misma línea, los sindicatos CCOO y UGT,que reclaman una banca “más social e inclusiva” en Extremadura y que la Rural de Extremadura no acabe como las cajas de ahorros de la autonomía (Caja Badajoz está en Caja 3, en proceso de absorción por Ibercaja; y Caja Extremadura, en Liberbank).

El Grupo Ibérico recuerda que la Rural de Extremadura “se acercó” a la Rural del Sur para que «se iniciara este proceso” de fusión virtual, al más tarde se invitó a la Rural de Córdoba. Y rechaza “la interferencia desde el mundo de la política, ya que todas las cajas rurales que integran el SIP son entidades de carácter privado, con órganos de representación elegidos por sus legítimos propietarios«. Aunque deja muy claro que trabajará para avanzar en la fusión de las tres entidades para «evitar riesgos futuros«, también subraya que respetará siempre «las decisiones que cada una de tres cajas quieran adoptar por su cuenta, sin presiones del exterior, en sus órganos de representación y por parte de los socios cooperativistas».

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