El desfase reconocido por la dirección de Pescanova entre las cifras presentadas y la contabilidad «real» podría elevar la deuda financiera del grupo pesquero en más de 500 millones de euros, aunque, en el caso más extremo, las partidas hasta ahora no reconocidas aumentarían el endeudamiento total en 1.000 millones de euros. Estas cargas, que no están contabilizadas en las últimas cifras oficiales – 1.522 millones a 31 de septiembre de 2012-, dejarían la deuda total en más de 2.000 millones de euros o en 2.500 millones.
Si esta noticia es demoledora para cualquier empresa, lo es más cuando se está enfrentando a un concurso de acreedores y a la necesidad de refinanciar la deuda. Aunque la banca acreedora, con Sabadell a la cabeza, había señalado que no dejarían caer a la multinacional, las circunstancias se han complicado de forma sustantiva. Y algunos expertos estiman que la situación es grave, con los acreedores dispuestos a revisar los planteamientos previos.
En este sentido, Ahorro Corporación recuerda que la empresa fue suspendida ayer martes en Bolsa cuando caía un 19,26%, hasta los 5,9100 euros, y después de que la CNMV tomara esta decisión, la pesquera informaba sobre “discrepancias entre nuestra contabilidad y las cifras de deuda bancaria, discrepancias que pudieran ser significativas y que estamos en proceso de revisión y conciliación”. El grupo comunicaba además que ha requerido la asistencia de BDO Auditores, para poder evaluar las discrepancias.
Los expertos de Ahorro Corporación estiman que se trata de una “noticia con sesgo muy negativo” y apuntan a que el endeudamiento podría verse aumentado en 500 millones de euros adicionales.
El desfase se podría deber a prácticas operativas dentro del grupo entre la matriz y las filiales. La noticia, que fue conocida la pasada semana por los casi 40 bancos acreedores, retrasa la salida de la crisis y abre un nuevo escenario, ahora más duro, en las negociaciones que el grupo que dirige Manuel Fernández de Sousa mantiene con la banca.
La crisis se percibe además en el interior del grupo, y uno de los accionistas de referencia, Demetrio Carceller (el 6,2 % del grupo), solicitó la semana pasada la convocatoria de un consejo extraordinario que se celebrará este jueves. Esta cita tiene como objetivo analizar la situación financiera del grupo y los contratos con los bancos asesores, aunque no se descarta que se pida la dimisión de Fernández de Sousa.
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