No concibo una velada inolvidable sin un buen ágape. Y como en la propia vida, el toque mágico viene de la mano de los pequeños detalles. ¿Quieren sorprender a sus seres queridos estas fiestas? Y no hace falta que sea Navidad, cualquier momento es adecuado para ilusionar…

Aceites extraordinarios:

Para degustar en casa: No dejen de probar el Señorío de Jaén, cuya botella circular está serigrafiada en oro con 97 ilustraciones que representan los valores de la marca. Sorprende a los paladares más exigentes el aceite con boletus, con trufa blanca o con trufa negra de Elfos, con idénticas utilidades que cualquier otro oro líquido. Son ideales para aliñar ensaladas, pasta, carpaccios o verduras.  Un truco: un chorrito de aceite de trufa sobre una tortilla francesa la convierte en un manjar.

Para regalar: El Chateau d´Estoublon, elaborado con la mejor variedad de aceituna mediterránea. A la excelencia de este aceite de profunda delicadeza aromática, hay que añadirle la belleza del frasco que le aporta carácter y personalidad, transformándolo en una pieza inimitable.

Sales en escamas: Las mesas más selectas estarán huérfanas sin flor de sal -ideales para condimentar- con una textura, sabor y aroma de los que carece la sal común: sal de rosa, sal de trufa, sal perla negra (conocida como sal negra y apreciada por los mejores chefs por su exclusivo sabor o su brillante presentación). Mi recomendación: un buen tomate sazonado con flor de sal de olivas negras. ¡Delicioso!

Confit: A diferencia de las mermeladas, esta delicatessen contiene menos azúcar siendo más ligero. Son perfectos para acompañar los quesos, los patés, la bollería o las tostadas. Para dejar boquiabiertos a sus invitados, nada como asociar el foie con confit de flores de violeta o de pétalos de rosa. Una sugerencia sibarita: añadir a los tés florales.

Para untar: Existen en la actualidad infinidad de opciones además de las tradicionales. Les invito a que descubran el hummus artesanal (se sirve habitualmente frío, con porciones de pan de pita o con vegetales frescos), las delicias de alcachofa, la brandada de bacalao (servido sobre pan tostado caliente). Si optan por el tradicional paté, les propongo uno poco habitual, pero de un sabor excepcional: el paté de hongos con trufa blanca. No dejen de probar el gelée de vino Pedro Ximénez, elaborado a partir de vinos dulces seleccionados e indicado para acompañar foie, queso de cabra, asados, carnes a la brasa o para glasear helados y frutas.

Detalles gourmet: Para dar el toque maestro a un buen gin tonic, nada mejor que rociar con unas gotitas de jugo de lima o de néctar de rosa (a elección de cada paladar). Un modo  más sofisticado de servir el champán, es decorando las propias copas con trufas comestibles diseñadas para tal fin por Enric Rovira. Para que la persona objeto de deseo caiga rendido a sus pies, coloque sobre el borde de la taza de café un azucarillo en forma de corazón (o de cualquier otro diseño: lunas, estrellas, flores…) y finalice la velada con unas bolas de arándanos con nata rellenas de Kirk royal. Simplemente irresistibles…

¿Dónde podemos encontrar estas exquisiteces? En Degusto, con establecimiento en la calle Don Ramón de la Cruz 69 de Madrid. Sirven a toda España a través de su página web.