Generar emoción a través de la geometría y la abstracción es el objetivo de la nueva exposición del «Espacio de las Artes» de El Corte Inglés, en el que se reúnen obras de Ramón Bilbao, Fernando Verdugo, Ricardo avada y José Manuel Prada, con el sugerente vínculo de la «geometría emocional».

Pese a su diferente estilo y concepción artística el Espacio de las Artes aproxima una nueva mirada al arte bajo el prisma de la definición, libertad y abstracción. Todos los artistas muestran desde su propia libertad su proceso creativo con el que se adentran en el mundo de lo abstracto.  Cuatro modos diferentes de entender el espacio, jugar con las formas y las propias herramientas con las que se valen para plasmar su emoción en un lienzo o una tabla.

El empeño de todos ellos es hacer comprender que la abstracción geométrica puede transmitir emociones y sensaciones, lejos de la frialdad que parece ser el mundo abstracto. El trazo geométrico, estudiado y mediado al milímetro, se llena de color y texturas… hasta llegar a emocionar.

De la contemplación de las obras expuestas se pasa de la objetividad, neutralidad y racionalidad inicial a la «perversión» y ruptura de esa perfección geometríca, haciendo olvidar la medida y el rigor, para entrar en las emociones.

Así, Ramón Bilbao juega con el espacio y los círculos o triángulos introduciendo letras, grafismos, símbolos que salen de las formas geométricas definidas a través de una visión más amplia. Como explica el autor, sus trazos se inspiran en el Renacimiento a través de las formas geométricas inscritas en la circunferencia, «donde siempre hay algo por descubrir»… como que dentro de un círculo hay un triángulo. El negro y el amarillo con todos sus matices son sus colores… Y todo porque «si no hay sentimiento, no hay pintura», explica el artista, para quien casi le sobran todas las herramientas y muestra su deseo de poder con sus propias manos trasladar su interior sobre los lienzos. Cada obra es un retrato de un sentimiento, hasta hacerlo trascender y convertirlo en arte.

Fernando Verdugo ha optado por jugar con la tecnología digital. También se puede hacer arte con las nuevas técnicas, que para el artista no son más que un «vehículo» con el que se puede hacer todo lo que se quiera, evitando el temido «error» y haciendo que las ideas fluyan sin parar. «La fijación final -con las técnicas digitales, explica el artista- es lo más parecido al óleo, en grosos y pigmento… y al final es pintura». Logra el efecto cromático que recrea la imagen de los minerales y la piedra caliza. Le gusta experimentar, tanto con el color como con la textura, trabajando en la «piel pictórica», un metódico y constante avance hacia nuevas formas de creación plástica.

Por su parte, José Manuel Prada plantea la dualidad entre la esfera como forma perrecta y un vacío lleno de contenido y color, en un esfeurzo de «sinceridad» artística y búsqueda constante de nuevos modos de expresión. Sus formas, como la geometría, evoluconan por los sentimientos.

Y Ricardo Cavada reflexiona a través de la sobriedad y la abstración con una fuerte presencia geométrica y minimalista, donde el color es el protagonista. Su paleta cromática es amplia y demuestra una fuerte personalidad, transmitiendo la búsqueda de lo esencial a través de espacios planos y profundos. Es su visión personal del espacio donde totalidad y fragmentación convergen.