El encuentro celebrado entre el presidente de YPF, Miguel Galuccio, y el consejero delegado de Chevron para América Latina, Alí Moshiri, el pasado 19 de marzo, no ha servido para desbloquear la inversión que la multinacional estadounidense se comprometió a realizar en el yacimiento de Vaca Muerta. La reunión se produjo a instancias de Galuccio, después de que el vicepresidente de Chevron, George Kirkland, manifestase a Financial Times que el grupo no podía «continuar con un acuerdo mientras el embargo estuviese pendiente”.

Desde Chevron se teme que el dinero que aporte al proyecto quede paralizado al igual que ha ocurrido a otras posesiones de la multinacional estadounidense. El problema reside en que la justicia argentina decretó un embargo sobre los activos de la multinacional en ese país, como se solicitó desde Ecuador, país que mantiene un largo litigio con la compañía Texaco -adquirida por Chevron-  por un desastre medioambiental.

El acuerdo suscrito entre YPF y Chrevron en diciembre implicaba el desembolso de 1.000 millones de dólares a cambio de los derechos para explorar y explotar el citado yacimiento. Una alianza que llevó además a Repsol, por los derechos que estima que mantiene sobre ese campo tras la expropiación un 51% de su participación en la filial argentina, a presentar una demanda contra el citado pacto ante la Corte Suprema de Nueva York.

En este complejo panorama, desde el ejecutivo de Buenos Aires se buscan otras alternativas. La presidenta Cristina Fernández quiere evitar que los problemas con Chevron retrase sine die el desarrollo del activo estrella de YPF, que fue una de las causas de la expropiación. Es una de las claves de su política energética basada en el pretendido control de las reservas nacionales y en lograr un aumento de la producción de hidrocarburos en un país que hasta el descubrimiento de Vaca Muerta las reservas estaban en franco declive.

La presidenta busca aliados y, entre ellos, el presidente de CaixaBank, Isidoro Fainé, primer accionista de la petrolera con el 12,5% del capital, que se ha entrevistado con ella con es objetivo sobre la mesa. Pero el posible acuerdo consistente en la firma de la paz a cambio de una concesión en el yacimiento fue desmoronado por la oposición radical del presidente de la petrolera. Brufau cuando quedan semanas para que se cumpla el primer aniversario de la nacionalización de YPF se mantiene en la reclamación inicial y que está en los tribunales: más de 10.000 millones de dólares por la participación .

Si bien el tema parece en apariencia aparcado, los contactos no se han roto, aunque la clave está en que Bueno Aires ofrezca algo más para negociar con la dirección de la petrolera. En el año transcurrido desde que Cristina Fernández anunciase la nacionalización de YPF, la empresa argentina no ha logrado casi ninguno de sus objetivos y en clave política, el entonces guru Alex Kicillof, que fue uno de los principales ejecutores de la operación, ha perdido peso político en el entorno de la presidenta.