La Asociación Española de Banca (AEB) considera que el proyecto de unión bancaria dentro de la Unión Europea (UE) “es probablemente el hito de mayor importancia económica desde la entrada en vigor del euro en 1999”, porque no es de recibo que la diferencia de intereses que pagan los bancos o las pymes de Italia o de España sobre los de otros países como Alemania para financiarse supere los 500 puntos básicos. Pero también creer que una unión bancaria “debe conceptuarse como uno de los elementos integrantes de un proyecto mucho más ambicioso que culminaría con una unión política”. “La unión fiscal y la unión económica completarían el conjunto de los cuatro elementos del gran proyecto europeo”, subraya la patronal bancaria española.
Pero la AEB recuerda que una unión bancaria tiene cuatro elementos fundamentales:
1.-una normativa homogénea
2.-un mecanismo único de supervisión
3.-un procedimiento único de reestructuración y resolución de entidades financieras
4.-mecanismo único de garantía de depósitos
“En la práctica es imposible que todo se alcance simultáneamente y las circunstancias han llevado a que el primer acuerdo, histórico también, haya sido la decisión de crear un mecanismo de supervisión único”, señala el documento elaborado con motivo de la última asamblea general de la patronal bancaria. Pero la AEB insiste en que se trata de “un primer paso, importante pero insuficiente”, que “no debería dar lugar a ninguna relajación o retraso en tomar las decisiones necesarias para avanzar rápidamente en los otros aspectos de la unión bancaria”.
“Debe aceptarse que la decisión de crear un mecanismo de supervisión única es la menos controvertida de todas las piezas de la unión bancaria, y que los siguientes pasos serán más difíciles”, avisa la AEB.
Desconfianza sobre los supervisores nacionales
El acuerdo del Consejo Europeo de diciembre de 2012 establece que el Banco Central Europeo (BCE) será el principal responsable directo de la supervisión de unos 200 entidades (los que superen los 300.000 millones de euros en activos o representen más del 20% del PIB), y que para el resto (unos 5.800 bancos) se fijará un mecanismo de supervisión con los supervisores nacionales.
La AEB, cuyo presidente, Miguel Martín, fue subgobernador del Banco de España, aplaude como “un acierto” que el BCE sea el centro de la supervisión única, y reconoce “la desconfianza que progresivamente se ha ido instalando en mercados y agentes financieros sobre las posibilidades reales de vigilancia y resolución por parte de las autoridades supervisoras nacionales”.
La supervisión única, en su opinión, generará tres efectos positivos:
1.-implementar de forma sistemática un modelo común de vigilancia de la solvencia y situación financiera de las entidades de crédito.
2.-introducir como elemento básico el funcionamiento coordinado entre BCE y supervisores nacionales en todas las actuaciones de supervisión.
3.-aplicación consistente de normas prudenciales que tenga en consideración el escenario económico general de toda la zona euro y permita incluir en los análisis de situación consideraciones de política macroprudencial.
“La entrada en vigor de una supervisión unificada tiene como objetivo intentar que se convierta en un conjunto de prácticas que de haber existido anteriormente hubieran, quizás no evitado totalmente, pero sí limitado sustancialmente la magnitud de la crisis financiera”, argumentan en la AEB.
Realidad en marzo de 2014
Pero lo importante es que en marzo de 2014 la supervisión única sea una realidad. Si lo hace, “se habrá cumplido en plazo récord un compromiso político de primer orden”. “Compárese con los 10 años que transcurrieron desde que en 1989 se acordó crear una Unión Monetaria Europea hasta 1999 que fue cuando se lanzó el euro”, insisten en la patronal bancaria española.
La AEB enfatiza que “un complemento imprescindible para que el BCE actúe como supervisor es tener una autoridad y un fondo de resolución únicos”, y que “es prioritario en estos momentos avanzar lo más rápidamente posible para lograr un acuerdo sobre la resolución de entidades financieras en crisis”.
La patronal recuerda que respalda “sin reservas avanzar con claridad hacia la unión bancaria” y que participa “activamente” en los grupos de trabajo de la Federación Bancaria Europea.
Porque hace falta “una urgente dotación de recursos, materiales pero sobre todo humanos” para que el BCE pueda supervisar directamente a unos 200 bancos. “Se estima que es necesaria una primera tanda de unos 500 inspectores”, señala la AEB, que alerta de la necesidad de “evitar que los costes de inspección y supervisión no se dupliquen” ahora que convivirán dos sistemas: los nacionales y el BCE.
La patronal bancaria reitera que la supervisión única “es un primer paso muy importante pero debe continuar con acuerdos sobre la resolución y reestructuración de entidades en crisis, y con el de un mecanismo único de garantía de depósitos”.
Conclusión: “Es una gran oportunidad si se aprovecha la presión de las situaciones vividas para cumplir los compromisos políticos ya adoptados. Se logrará así que el sistema financiero de la UE vuelva a ser confiable, que retorne la normalidad del acceso del crédito, primero de los bancos, e inmediatamente después que se traslade a las pymes y al sector real de las economías tan necesitadas de crecimiento sostenible”.
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