Después de tres semanas desde que los sindicatos mayoritarios de Iberia aceptasen el   documento de mediación realizado por el catedrático Gregorio Tudela, al igual que había hecho la dirección de la aerolínea, ahora le toca el turno al Sepla, la organización sindical de los pilotos.

Los pilotos, que siempre han sido el colectivo más conflictivo de la compañía, tendrán que decidir a partir de este miércoles en asambleas si apoyan el plan de transformación de la empresa o si se descuelgan del acuerdo global suscrito el 13 de marzo. El plan final, que se parece en gran medida al segundo presentado por la compañía aérea a los sindicatos durante las negociaciones iniciadas en noviembre del pasado año, incluye la reducción de 3.147 empleos, frente a los 4.500 del programa original. Y propone que las bajas se materialicen en base al ERE 72/01 todavía vigente, lo que supone que se llevarán a cabo con prejubilaciones, bajas incentivadas y recolocaciones.

El resultado de la votación que afecta a 1.500  pilotos podría no conocerse antes de tres días, ya que existe un plazo de 72 horas para emitir el voto, según fuentes del sindicato. Pero en principio la dirección del sindicato propone que se vote contra del plan al opinar que el colectivo de los pilotos es el más perjudicado, ya no porque platee la salida de 258 de estos profesionales sino por lo que significa de recorte salarial. El plan prevé que se les aplique una reducción del 14%, pero el Sepla estima que ese porcentaje es mucho más abultado si se suman otras rebajas anteriores.

Además el sindicato se apoya en que existe un laudo de obligado cumplimiento en vigor, recurrido por la compañía y pendiente de la decisión del Tribunal Supremo (TS), que fijó un escalafón único para los pilotos de Iberia y de su filial Express, con lo que ante una salida de personal los primeros afectados corresponderían a la low cost. El sindicato se acogerá al laudo del Jaime Montalvo en caso que no se apruebe el plan aceptado por la empresa y los restantes trabajadores.

Y las dudas que surgen es si el pacto, que va a ser revalidado con el nuevo consejero delgado de la aerolínea, puede ser «impuesto» a un colectivo que lo rechaza, dado que ha alcanzado una mayoría más que cualificada al ser apoyado por cerca del 85% de la plantilla. O, por el contrario, si Iberia podría recuperar para los pilotos los objetivos que plasmó en el ERE retirado tras la exitosa mediación de Tudela.

Si bien esa era la posición de partida, el panorama ha cambiado con la salida del anterior consejero delegado, Rafael Sánchez-Lozano, que ha sido sustituido por Luis Gallego. El Sepla ha intentado en estos últimos días un acercamiento al nuevo directivo para recuperar el diálogo, que indican se perdió en la etapa que se acaba de cerrar.