Sólo el 1,4% de los 3,4 millones alumnos que estudian fuera de su países de origen en todo o hacen en la universidad española, según el informe Temas candentes de la universidad española 2013, realizado por PwC. El documento, que lleva como subtítulo ¿Tenemos las universidad pública que necesitamos?, aborda, entre otros aspectos, la sostenibilidad financiera del sistema, la gobernanza de las universidades, la duplicidad de la oferta y las relaciones entre la universidad y la empresa.
El informe ha sido realizado a partir de las aportaciones de destacados expertos, con acreditada experiencia docente e investigadora y en cargos de gobierno y gestión. En el trabajo han colaborado la Fundación Europea Sociedad y Educación y la División Global Santander Universidades. En el trabajo han intervenido en calidad de expertos Federico Gutiérrez-Solana, ex rector de la Universidad de Cantabria y ex presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE); Carlos Mayor Oreja, presidente del Consejo Social de la Universidad Complutense; Francisco Michavila, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid y director de la Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria; Jordi Montserrat, gerente de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED); José Manuel Moreno, subdirector general de la División Global Santander Universidades;
José Antonio Pérez, gerente de la Universidad Politécnica de Valencia; Miguel Ángel Sancho, presidente de la Fundación Europea Sociedad y Educación; Fernando Tejerina, ex secretario de Estado de Universidades y ex rector de la Universidad de Valladolid; Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid; y Javier Vidal, profesor de la Universidad de León y experto internacional en Educación Superior. El proceso ha sido moderado por Jordi Sevilla, senior advisor de PwC
El documento aparece apenas dos meses después de que lo hiciera el ya polémico informe del Comité de expertos para la reforma universitaria nombrado por el Gobierno. Este nuevo texto pretende arrojar luz sobre el estado actual de nuestra Universidad y contribuir a buscar soluciones a los problemas que frenan su competitividad y dificultan su contribución al progreso de España.
El trabajo Temas candentes de la universidad española 2013 se compone de medio centenar de páginas en cinco capítulos: ¿Es sostenible financieramente nuestro sistema universitario?, ¿Es eficaz el gobierno de las universidades?, Internacionalización y rankings universitarios, ¿Está “sobredimensionado” el sistema universitario? Y Diálogo Universidad-Empresa: ¿A qué se debe el déficit de transferencia? Todos ellos se interrelacionan y constituyen los grandes desafíos para lograr situar a la universidad española como eje central en la transformación de la sociedad en términos de riqueza y prosperidad, pero también de derechos y libertades, como resalta el informe.
El texto refleja las fortalezas y las debilidades el sistema universitario y abre vías de solución a los problemas detectados, con un amplio margen de actuación.
Revisar el modelo de financiación
Acerca de la financiación de la universidad, el trabajo sostiene que urge una revisión de la misma, ya que en España no existe un modelo claro. Hay que recordar en este punto que todas las iniciativas que se han puesto en marcha al respecto por el Consejo de Universidades u otros órganos, en el mejor de los casos, hibernan en el fondo de algún cajón y los campus sobreviven a duras penas, a causa de los recortes derivados de la crisis económica.
Según las aportaciones de los expertos, en otros países de nuestro entorno una universidad de unos 15.000 estudiantes tiene un presupuesto de entre 700 y 1.000 millones de dólares. La media en las universidades públicas españolas es de 30.000 alumnos y de entre 150 y 300 millones de presupuesto.
El informe advierte que la financiación de las universidades debería desglosarse en dos partidas: educación universitaria e investigación. Asimismo, sugiere una mayor participación del usuario, es decir, tasas más elevadas. Eso sí, garantizando la igualdad de oportunidades y el acceso de los alumnos con menos recursos, porque, según los especialistas, actualmente el sistema de becas, préstamos y ayudas al estudiante es diferente y está muy alejado de los países de nuestro entorno.
Las conclusiones de este trabajo abogan también por que tanto la universidad pública como la privada tengan libertad en la fijación de precios para sus servicios y dejan en manos del sector público cómo y en qué medida se subvencionan esos servicios y qué parte de ellos debe ser sufragada por los alumnos o usuarios.
La burocratización, un freno a la toma de decisiones
El sistema de gobierno de las universidades es un aspecto decisivo para mejorar el sistema, El documento condiciona el cambio de la gobernanza a la modificación de la normativa vigente, un cambio que debe orientarse hacia la desregulación y basarse en los principios de transparencia, confianza y responsabilidad.
Acerca de la gobernanza, el texto se postula a favor de un cambio sustancial en la toma de decisiones y de la incorporación de modelos de gestión más profesionalizados y acordes con entidades que gestionan presupuestos elevados. Para los expertos, los numerosos órganos colegiados y unipersonales de decisión y control existentes en la universidad dificultan, burocratizan e incluso bloquean la gestión y administración de la universidad.
El estudio considera la elección del rector como un aspecto esencial del gobierno universitario. Recuerda que actualmente y de acuerdo con la vigente normativa, el rector no tiene suficiente capacidad para destinar los recursos a los aspectos estratégicos, ni para atraer a quienes tienen más talento y, además, debe soportar la presión de quienes le prestan o le han prestado su apoyo electoral. Resalta que sería inútil contar con un rector seleccionado internacionalmente, si una parte del profesorado no cumple el mínimo exigible de productividad académica y la regulación impide al rector penalizarlo o rescindir su contrato. Además, se considera que la primera autoridad académica de los campus debe contar con capacidad suficiente para sacar adelante el proyecto para el que ha sido elegido y tener la obligación de rendir cuentas sobre su grado de cumplimiento. Por tanto, las conclusiones del estudio indican que el equipo de gobierno debería contar con la autonomía suficiente para realizar las mencionadas funciones y adoptar las medidas que se propone.
En definitiva, el texto reconoce que aunque no existe una idea clara de cómo modificar los órganos de gobierno universitarios, todo indica que la mejora del sistema pasaría por un órgano independiente formado por personas externas a la comunidad universitaria que fijara la estrategia del equipo de gobierno y se muestra a favor de reflexionar sobre la fórmula de elección del rector, que debería tener capacidad de elegir a su equipo, organizar la toma de decisiones y garantizar al asunción de responsabilidades.
Aprendizaje obligatorio del inglés
La internacionalización, uno de los mayores y más ambiciosos retos de nuestra universidad, es calificada como “fundamental” en la gestión del conocimiento que llevan a cabo las universidades y que se ha convertido en estratégica para captar alumnos. Se explica también que algunos de los problemas de universidad en España en relación con la internacionalización tienen que ver con las trabas y dificultades administrativas para la captación de estudiantes y profesores, así como la escasez de programas vinculados a estos objetivos. La descripción de la situación revela que en algunas universidades se han asignado presupuestos específicos para captar profesores de excelencia internacionales, pero estas iniciativas han fracasado porque las retribuciones no han podido ser equiparables a las del mercado internacional y porque no se garantizaba una estabilidad laboral razonable.
Otro aspecto a tener en cuenta en relación con la internacionalización es que para incrementar la movilidad universitaria, resulta imprescindible abordar una política lingüística eficaz. En estos momentos el mundo se mueve básicamente con una lengua franca que es el inglés, hasta el punto de que en las universidades españolas el aprendizaje de este idioma debería ser una exigencia. Y es que, en opinión de los participantes en el informe, ahí radica una de las carencias.
Acerca de la dimensión internacional de nuestros campus, los expertos suministran el dato de que de los 3.400.000 estudiantes que se mueven en el mundo, España solo recibe el 1,4%. En Grado, primero y segundo ciclo, tenemos un 3,3% de extranjeros mientras que la media europea oscila entre el 8 y el 10%. Estos porcentajes aumentan en los másteres (17% de extranjeros) y en el Doctorado (25%)
Rankings: “Separar mitos de realidades”
Al referirse a los rankings, utilizados por algunos sectores como media de calidad y competitividad internacional, el documento señala que en ellos se valora fundamentalmente la investigación, no la docencia y asegura que si existiera un ranking internacional basado en la docencia, alguna de nuestras universidades estaría en los primeros lugares y aboga por “separar mitos de realidades”.
Respecto de los Campus de Excelencia, proclama que han constituido una iniciativa bienintencionada, con un gran trabajo de planificación, pero mal llevada a la práctica, lo que conduce a la frustración.
Oferta duplicada, no demasiados campus
Sobre si la universidad española está “sobredimensionada”, el documento es rotundo al asegurar que ni hay demasiadas universidades ni hay demasiados universitarios. España es uno de los países donde hay un mayor número de estudiantes por universidad y donde el porcentaje de cualificación de la población es aún inferior a los países del entorno. El problema estriba en que se imparten muchas titulaciones para una escasa demanda y en que el sistema es clónico y repetitivo. Esto exigiría una racionalización de la oferta para evitar duplicidades en radios de acción muy cercanos, así como el fomento de la cooperación para llegar a la diferenciación y especialización de las universidades. Se advierte además del peligro de premiar los planteamientos economicistas o la rentabilidad de los estudios impartidos.
Por último, el estudio pone de manifiesto la necesidad de un diálogo más fructífero entre universidad y empresa. Como debilidad se destaca que ni la universidad tiene suficiente capacidad de comunicarse ni la empresa acude a la universidad en la medida deseable para inducir la innovación y la formación permanente. Y concluye resaltando que resaltando que es preciso arbitrar medidas que faciliten la permeabilidad universidad-empresa desarrollando los mecanismos previstos en la Ley de la Ciencia y fomentando el reconocimiento de la creatividad y del espíritu emprendedor.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.