Un sistema de inversión que invita a apalancarse

04/04/2013

Ángel Matute y Miguel Larrañaga. En nuestro modelo de inversión de Market Timing, los sistemas más avanzados de gestión monetaria nos invitan a apalancarnos. Será que el sistema es bueno...

En nuestro libro «Market Timing: la máquina de ganar dinero en Bolsa», concluimos con la promesa de dedicar tiempo y estudio a la gestión monetaria y vamos a hacerlo poco a poco. ¿Por qué no le hemos dedicado especial atención a este apartado que todo el mundo considera crucial para operar en Bolsa? Vamos a tratar de desgranar las respuestas a esta pregunta, pero antes establezcamos un punto de partida.

Lo primero que debo decir es que en las operativas apalancadas intradiarias (fundamentalmente futuros), la gestión monetaria no es que sea necesaria, es vital. He visto a gente perder 30.000 dólares en seis meses por no tener una gestión monetaria adecuada o simplemente por no tener gestión monetaria, así que no es discutible que se necesiten líneas maestras sobre cómo organizar el dinero y gestionar la cartera.

Lo segundo que debo decir es que en operativas no apalancas y de medio plazo, mi gestión monetaria ha sido mucho más rudimentaria hasta ahora. Simplemente, he aceptado de antemano qué pérdidas estaba dispuesto a soportar, he calculado la distancia al stop y he comprado las acciones que resultan de la simple operación matemática.

Riesgo fijo es como se denomina esta variante de la gestión monetaria y me ha dado resultados desiguales a lo largo de mi vida. ¿Por qué? Siempre pensé que porque soy muy burro, lo que es cierto, pero poco a poco me he dado cuenta de que en esto de la gestión monetaria para medio y largo plazo todo depende de la distancia al stop.

Me explico. Si tu stop está situado al 8%, cualquier gestión monetaria te va a decir que cargues pocas acciones en esa operación y si está al 1% te dejará poner muchas acciones en esa posición. Primera conclusión: si aceptas stops alejados nunca te harás rico y si los ajustas más tienes más posibilidades.

Pero no paran aquí las cosas. Si pones un stop al 1% tienes alguna probabilidad más de que en una barrida de stops te lo vuelen que si lo pones al 8%. En realidad, si te vuelan un stop puesto al 8% es que la entrada era mala de solemnidad, mientras que puede ser bastante habitual que en valores volátiles te vuelen la posición y el valor luego vuele sin ti. Segunda conclusión: stops demasiado ceñidos dan lugar a pérdidas que luego se ven que podrían evitarse ampliando un poco el «aire» concedido al valor.

Y luego llegué al Market Timing y todo se dió la vuelta. Si entramos en el día que hay que entrar y en valores que ya han demostrado tener pocas ganas de bajar desde antes de que lo dijeran los índices, tenemos muy pocas probabilidades de que nos vuelen los stops, aunque estén al 1%. Alguno nos volarán, seguro, pero las ganancias serán muy superiores a las pérdidas, por lo que podemos permitirnos ciertas alegrías.

Pondré el ejemplo conocido de las dos carteras que he publicado en este blog (y aprovecho para recordar que no volveré a publicar ninguna más porque este cometido quedará reservado para el foro).

Aplicaremos a la primera cartera la fórmula típica de la F-Óptima. Tendremos que nos han saltado cuatro stops y tras el cierre de la cartera, para la siguiente entrada, nos permite un riesgo diluido del 7,5% de la cartera:

FOPTIMA1

Con los condicionantes habituales de este tipo de gestión monetaria, para mi siguiente entrada debería asumir un riesgo máximo de mi cartera del 7,5% del total, lo que supone que el máximo que podría permitirme perder si me saltara el stop era de 868,8 euros.

Nos encontramos con el primer problema. El sistema de gestión monetaria te dice lo que debes hacer en la siguiente entrada y nosotros hicimos cinco en una mañana en la siguiente ocasión en la que entramos al mercado. ¿Qué hacer? Asumir como riesgo máximo de cada entrada una quinta parte del total es la única alternativa, de lo que resulta que en cada una de las cinco me puedo permitir perder hasta 173,76 euros.

Pero rápidamente nos surge otro problema. Estos sistemas están diseñados para manejarse con stops del 5 al 10% y nosotros no aceptamos semejante cosa en nuestra operativa. De esta forma, hubiéramos podido hacer tranquilamente cinco lotes de 4.000 euros cada uno en lugar de los dos 2.000 euros que pusimos sobre la mesa en cada una de las entradas. ¡¡¡El sistema de gestión monetaria nos permite apalancarnosssss!!! Supongo que será porque nuestro sistema de inversión es la leche, porque en general la F-Óptima es un freno para la inversión apalancada.

Vamos a razonar lo que decimos:FOPTIMA2

Como puede apreciarse, la distancia al stop es tan pequeña que en Gemalto nos podríamos haber permitido duplicar la inversión que hicimos sin hacer caso de la gestión monetaria y en Hugo Boss cudruplicarla. El resto de los stops estaban situados más o menos entre esos rangos así que también habríamos podido arriesgar más.

Y más aún. Hemos mantenido el ratio de aciertos fallos en el 60/40. En la primera entrada nos saltaron cuatro stops de diez y en la segunda nos han saltado dos de cinco. Pero la F-Óptima dice que en nuestra próxima inversión podemos aumentar nuestro riesgo al 8% y os adelanto que cuando SES se cierre estaremos en el entorno del 8,3%.

Es realmente raro que un sistema que acierta solo un 60% de las veces consiga estos ratios de riesgo en la gestión monetaria por F-Óptima. ¿Dónde está el truco? En que entramos en lugares inverosímiles y con distancias al stop que pocos pueden conseguir.

El otro día contesté a un comentario sobre ganancias del sistema diciendo que midiendo en términos de rentabilidad de cartera la ganancia de estas dos entradas es del 27% acumulado hasta ahora (y falta SES por cerrarse), pero que en términos de rentabilidad del capital se consigue mucho más.

Pues eso, que hay que medir en términos de capital y que cada cual haga sus cuentas. Ahí va la mía. La cartera teórica era de 10.000 euros porque es la forma más fácil de calcular rentabilidades, así que vamos a suponer que nos hemos apalancado por cinco, es decir, hemos hecho pasar los 10.000 euros por 50.000 aprovechando instrumentos que mediante financiación nos permiten abrir posiciones superiores a nuestro capital. Hagamos la cuenta:

27% de 50.000 = 13.500 euros

Como el coste del apalancamiento viene a ser del 3,5% en números redondos, le quitaremos los 3.500 euros que le hemos pagado en intereses al broker (aunque es menos porque hemos estado invertidos bastante menos de un año y el cálculo se hace realmente por cada posición, con lo que al irse cerrando dejan de generar intereses):

13.500 – 3.500= 10.000

Por tanto, la rentabilidad del capital con un apalancamiento de cinco veces es del 100%.

Demasiado bonito para ser verdad, pero la primera aproximación realizada no puede ser más positiva. Independientemente del nivel de apalancamiento elegido, la gestión monetaria más avanzada de cuantas conozco nos dice que nos apalanquemos porque nuestros resultados son extraordinarios. Seguramente habrá que ir con alguna prudencia, pero no deja de ser prometedor…

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