¿Quién da más? Pues el mercado americano. Nuevos máximos de dos años en los tres índices principales a pesar de que el PIB decepcionó un poco. Salió 2,6% en lugar del 2,8% esperado, pero eso parece no pesar demasiado cuando hay buen ánimo. Un dato así hubiera hundido el mercado en un momento de pesimismo, pero cuando el optimismo preside la operativa, ¿qué son dos decimillas?

Aún así, mucho ojo, porque la sesión no ha tenido el mismo perfil que la de ayer y el Nasdaq ha dejado de empujar de forma tan sólida como lo estaba haciendo. Puede ser un síntoma de peligro o simplemente que el mercado tecnológico se ha tomado un respiro, pero el perfil de ayer ya no fue tan dinámico.

Me sigue gustando que día a día en el Nyse suben más valores de los que bajan y con una diferencia amplia, lo que supone que la subida no se está realizando en exclusiva en unos pocos valores de mucho peso en los índices. Siempre es más sólida la base de una subida cuando es todo el mercado el que empuja.

En definitiva, que el mercado americano sigue a lo suyo y que ayer ha vuelto a demostrar que querer es poder. Y ahora quiere. No sabemos durante cuanto tiempo, pero quiere. Sólo un pero, el gráfico de la jornada apunto en términos intradiarios un posible hombro-cabeza-hombro y esa figura me gusta poco porque si se confirma suele llevar aparejado un rápido declive. Mañana saldremos de dudas.

El S&P 500 fue el índice más alcista de la jornada, con un 0,34% de subida, mientras que el Nasdaq Composite limitó sus ganancias a un escaso 0,15%. El Dow, entre dos aguas, se elevó un 0,23%. Como ven, el índice de más amplia base (500 valores) fue el más sólido y eso no suele ser malo.