Hacienda somos los de siempre

22/04/2013

Germán Temprano.

Este año con más razón el señor Montoro más que enviar un SMS nos debería mirar a los ojos para decirnos que ya está listo el borrador de la renta. Ya resulta de por sí curioso que asegure no saber nada de las fechorías fiscales de Bárcenas, pero no se le escapen al control los asalariados que sólo conocen Suiza por Federer o por el chocolate Nestlé. Me refiero a quienes ni estamos en la lista de Del Bosque ni tampoco en la de Falciani, no tenemos más gastos de  representación que la foto del DNI, nos financiamos a plazos  y no con empresas fantasmas o no conocemos más paraíso fiscal que poder ir a Port Aventura con parte de la devolución del IRPF si hubiera o hubiese.

En suma, aludo a ese pelotón social que en vez de sentirse satisfecho por contribuir al bien común a través de los impuestos se siente, ahora que está de moda el eufemismo, un ciudadano susceptible de ser objeto constante de mofa gubernativa. Es decir, un absoluto pringao.  Motivos sobran cuando se observa día sí y día también cómo el chanchullo, cuando no el delito, ha sido guía y norte de quienes luego, sin empacho alguno, exigen de los demás lo que ellos incumplen con premeditación y alevosía. Aquel añejo y exitoso slogan de ‘Hacienda somos todos’ es hoy aún más indignante no sólo por falso sino porque el botín tributario, lejos de destinarse a mejorar la vida de los paganos del sistema, subvenciona los desmanes de quienes nos abocaron al desastre.

Hasta para el ministro de Hacienda debería ser fácil entender, y ya es decir, lo difícil que resulta asimilar cómo la merma en la nómina mensual, de quien tiene la suerte de tenerla, redunda en menos y peores servicios ¿Para qué pagamos impuestos? ¿Para tener una mejor sanidad? ¿Una mejor educación? ¿Una mejor justicia? ¿Unas mejores prestaciones sociales? No, no, no y no. Convendrá pues que si te quitan dinero de tu trabajo para costear los fracasos de los bancos que te niegan el pan, la sal, los créditos y las viviendas uno esté algo molesto. Si a ello se añade la impunidad del forajido fiscal o la posterior amnistía para que quede en paz con la ley a cambio de un ridículo porcentaje de lo que hurtó a la ciudadanía cumplir a día de hoy con los deberes fiscales más que una declaración de la renta es una declaración de principios. Los mismos de los que carecen algunos de los que nos gobiernan.

¿Te ha parecido interesante?

(+3 puntos, 3 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.