Quién más quien menos los conoce y los utilizó cuando era un enano. Y lo más probable es que ahora se los compre a sus hijos. Hablamos de los Cuadernos Rubio. ¿Quién no ha mejorado su caligrafía o hecho sumas y restas con los famosos cuadernos? Pues aquí siguen, dando guerra y además, conquistando nuevos mercados, como el alemán recientemente.

Pero hagamos un poco de historia: el profesor mercantil Ramón Rubio Silvestre fundó las Academias Rubio para ofrecer formación contable y de cálculo necesaria en los años 50 para aquellos que buscaban trabajar en empresas y banca. El material escolar y de apoyo en los estudios en aquellos años era bien precario, así que como complemento a la actividad didáctica Ramón Rubio comenzó a realizar fichas, libros de contabilidad, de cálculo y dictado. En 1956 crea Ediciones Técnicas Rubio, dirigida a la mejora de la caligrafía alfanumérica. De esta forma se le ocurrió crear un método de refuerzo para niños y así nacieron los primeros Cuadernos Rubio que el fundador imprimía en su propia casa con una máquina artesanal.

Hace 12 años, Enrique Rubio, hijo del fundador, tomó las riendas de la empresa y comenzó con un plan de renovación de la compañía, que en la actualidad emplea a 9 personas. Hoy, Rubio, cuenta con 165 referencias y las más exitosas son Escritura, Operaciones y Problemas. También hay nuevas colecciones, como los cuadernos de inglés, con material de apoyo fonético y un cuaderno de Mayúsculas. Otra novedad son los cuadernos de Estimulación Cognitiva. Y por supuesto, su saber hacer se adapta a las nuevas tecnologías: “Disponemos de aplicaciones para iPad y para Android. Estas aplicaciones permite hacer los ejercicios sin ayuda de nadie y corregirlos con el apoyo de nuestro búho-tutor”, dicen en la empresa. ¿Por qué creen que sus cuadernos siguen vigentes? “Porque el método Rubio funciona. Consiste en hacer fácil lo difícil mediante la repetición de sencillos ejercicios con una progresión gradual de dificultad. Y así se ha demostrado a lo largo de varias generaciones de niños que han aprendido con ellos”, explican.

La empresa acaba de empezar su expansión internacional, implantando su metodología en Alemania: “Un editor local, Editono, cuyo director es de origen español, conocía los cuadernos porque los utilizó de pequeño. Nos contactó y nos hizo una propuesta par adaptar los contenidos al mercado alemán. La presentación de los materiales será en otoño, en la feria internacional del libro de Frankfurt”, añaden. La última facturación de la empresa fue de 1,7 millones de euros. “Nuestros márgenes son pequeños pero suficientes como para seguir ofreciendo un producto accesible para todas las familias”, finalizan.