Las negociaciones entre los administradores concursales de Pescanova, los directivos de Deloitte, y la banca acreedora parecen dar pasos hacia preacuerdos que eviten que el grupo deje de ser operativo y se acerque a una inevitable liquidación. Medios consultados indican que el comité que representa al conjunto de las entidades acreedoras, aunque la lista definitiva se está cerrada, está dispuesto a aportar los 55 millones de euros que el grupo pesquero precisa para hacer frente a sus necesidades a corto plazo, como el pago de la próximas nóminas y el gasóleo necesario para que los barcos puedan volver al mar.

La aportación, que se materializaría en los próximos días, se basará, como es lógico, con cesiones por ambas partes. Los bancos que forman parte de steering committee (Sabadell, Popular (165,5 millones), Novagalicia, CaixaBank y Bankia) volverán a reunirse con los gestores de la multinacional gallega para cerrar las condiciones de este préstamo puente. Una condición fijada por la banca que, aunque pueda cambiar no será de forma significativa, es el coste: se prevé aplicar el euríbor a un año más un 4%.

A cambio se concedería el préstamo pese a no estar reformuladas y auditadas las cuentas de Pescanova, incluido el apartado de la deuda que, no obstante, se sabe que supera los 3.000 millones de euros, entre la matriz y las filiales. Y, en principio, no se quedarán con la marca como garantía, aunque el futuro de la misma formará parte de las conversaciones. No obstante, el pacto queda en manos del juez del Juzgado de Vigo que ha tramitado el concurso.

Pero, con los datos que ya hay sobre la mesa, se analizan las cuestiones básicas para alcanzar un acuerdo con la banca y otros acreedores antes que venza los plazos legales del concurso -antigua suspensión de pagos-, que, por otro lado, podría ampliarse. Y, en este contexto, surge la venta de activos, que es inevitable,  la transformación de deuda en acciones y una quita en el endeudamiento para equilibrar el balance. Medios consultados añaden que esta podría elevarse, como mínimo, al 50%. En caso contrario, es difícil que cuadren las cifras, concluyen. Pero queda camino por delante, y algunas entidades financieras extranjeras -no todas- no parecen proclives a esa concesión.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez, ha señalado este martes que Pescanova ha causado «daño reputacional» a muchas entidades, especialmente a la propia empresa, y ha señalado que decir lo contrario sería «autoengañarse», al tiempo que ha avanzado que se tendrán que hacer cambios normativos una vez se haya analizado el caso.

Tras su intervención en el I foro del Consejero, organizado por el diario ‘El País’ y por KPMG, Rodríguez ha recordado que el 27 de febrero la compañía gallega estaba recomendada por los analistas con un valor de cotización un 30% superior al que tenía. Al día siguiente, presentó concurso de acreedores por un problema de reestructuración financiera. «En ese momento el interrogante fue ¿qué pasa?», ha indicado.

A su juicio, esto es un problema de gobierno corporativo, aunque ha precisado que también tiene múltiples componentes. «En una empresa que tiene una marca muy conocida, se ha llevado como si fuera una empresa con amo. Nos hace daño reputacional a todos», ha apostillado.