Cuando se acerca el fin del plazo para cerrar la composición del consorcio español que participará en el concurso del tren de alta velocidad de Brasil, el Ministerio de Fomento ha ratificado que en el grupo participarán las empresas públicas Renfe, Adif e Ineco. Si bien ese aspecto está cerrado, quedan algunas interrogantes sobre la constitución final del grupo, especialmente las surgidas a raíz de la competencia entre los dos constructores, CAF y Talgo.

La titular del departamento, Ana Pastor, ha intentado, en primer lugar. a lo largo de este proceso que sólo ofertase un único consorcio español, aspecto que chocó  con la rivalidad entre los citados constructores y que cuestionó que Renfe, que se había aliado con Talgo, se convirtiese en el líder del grupo. Pero las dos empresas exhiben sus méritos: la compañía propiedad de la familia Oriol, su participación en el AVE a la Meca, y CAF, su experiencia en el mercado brasileño, en donde además cuenta con una factoría. Ambas en principio se habían negado a participar junto con su rival, quedando a la espera de la decisión de Fomento.

En paralelo otras empresas españolas se han interesado en formar parte del proyecto, desde Indra, Abengoa a ACS, a través de Cobra. El proyecto en su conjunto está cuantificado en más de 13.000 millones de euros, y comprende además de la construcción de las infraestructuras, como la línea que unirá Rio de Janeiro con Sao Paulo, la instalación de los sistemas de electrificación, seguridad y telecomunicaciones. Y además la gestión y mantenimiento por 40 años, tema que promueve a Renfe al liderazgo del grupo.

Con todo, el tema está muy complicado ya que todas las grandes empresas del mundo del sector, como Siemens, Alstom o Bombardier, participarán en el concurso abierto por el Gobierno brasileño.