Las cooperativas de crédito “han sido de las pocas entidades que no han recortado desde que comenzó la crisis”, aseguran Marta de Castro, secretaria general de la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (Unacc), y Carmen Motellón, directora financiera de esta asociación. Desde 2008, su cartera de crédito ha superado los 90.000 millones de euros. Concedidos, fundamentalmente, a pymes, autónomos y familias. Según los datos del Banco de España, la caída de la financiación a empresas (excluidas promoción y construcción) supera el 8,5% en los dos últimos años.

Pero el segmento más pequeño del sistema financiero español juega otras bazas. Las cajas de ahorro, los principales competidores de las cooperativas de crédito, han cerrado más del 20% de las sucursales que tenían antes de la crisis. Y la reestructuración no ha terminado, ya que se estima que las clausuras afectarán al 25% e incluso al 30% de la red. Los bancos, por su parte, han echado el cierre a más de 1.300 oficinas, según los datos de Marta de Castro y Carmen Motellón en su aportación al informe “Conectando con el cliente”, editado por la Unacc. Desde el inicio de la crisis, las cooperativas de crédito han cerrado el 6%. El Anuario de la Unacc cifra en 4.832 sucursales, 96 menos que en 2011, las existentes al finalizar 2012.

Pero su gran baza es que una de cada dos oficinas está ubicada en poblaciones de menos de 25.000 habitantes, y un tercio, de menos de 5.000. Las cooperativas de crédito dan “servicios a algunas regiones olvidadas por los bancos y las cajas de ahorro”, señalan estas expertas, que estiman en un 8% la población española en situación de exclusión financiera.

De Castro y Motellón subrayan que “es inviable establecer oficinas en todos los municipios de España”, y recuerdan que todas las cooperativas de crédito juntas equivalen a un banco medio en España, con unos activos de 130.000 millones de euros. Por lo que no se puede pensar que con las cooperativas de crédito “se soluciona el problema de la exclusión financiera”.

Vuelta a los beneficios

Otra buena noticia para el sector. Las cooperativas de crédito registraron en el primer trimestre un beneficio neto conjunto de 114,1 millones de euros, tras despedir el pasado ejercicio con unas pérdidas de 1.558 millones por el esfuerzo en provisiones, según el Anuario de la Unacc. Las dos entidades más grandes del sector, Cajas Rurales Unidas y Caja Laboral Popular, sumaron casi 2.000 millones en provisiones durante el pasado año, a los que hay que sumar los costes de integración de Ruralcaja en Cajamar, en el primer caso, y de Ipar Kutxa, en el segundo. La consecuencia es que Cajas Rurales Unidas perdió el año pasado 954,3 millones. Y Caja Laboral, ahora Laboral Kutxa, 528,5 millones. De las 68 cooperativas de crédito existentes en 2012 (seis menos que en 2011), 21, el 30%, registraron pérdidas.

En el primer trimestre, Cajas Rurales Unidas ha obtenido un beneficio de 28,49 millones; Laboral Kutxa, 35,37 millones. Y todo el sector registra resultados positivos, salvo la rurales de Onda, de La Vall de San Isidro y la de Zamora.